EN POR FIN NO ES LUNES

PuntaNorte: El primer hombre que imaginó la Guerra de los Mundos

Su caso es un motivo para pensar. Porque, en efecto, fue una beca la que le sacó de un taller textil donde trabajaba como mozo haciendo recados. Aquel era un empleo digno, desde luego, pero al que había llegado sin haberlo elegido como consecuencia de su contexto social, sin que hubiera podido tener más opciones, en principio.

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Madrid |

De modo que fue una beca la que le permitió acceder a una educación cuando para la mayoría de familias como la suya -en aquel momento- no había ninguna educación académica. En la segunda mitad del siglo XIX fue una beca la

que le abrió las puertas de la Normal School of Science de Londres. Sin aquella beca que alguien puso empeño en conceder a muchachos de familias pobres, sin aquel impulso, la humanidad se hubiera perdido a un escritor llamado HG Wells.

Esta es la voz de HG Wells. Lo que estamos escuchando fue grabado hace exactamente 90 años. Hace 90 años, es decir cuando se emprendía la vertiginosa y peligrosa década de los 30. El escritor HG Wells decía entonces lo que les voy a contar a continuación. Decía…voy a hablar sobre el mayor problema al que se enfrenta la humanidad. Estamos viviendo cambios, los cambios de una sociedad nueva, que -con sus dificultades- es una sociedad moderna. A medida que la historia transcurre, las comunidades se desarrollan y crecen. Y lo que más ha crecido -decía entonces-…lo que más ha crecido es la posibilidad de comunicarse. Sin embargo, lo que no ha crecido casi nada es la mentalidad de los gobiernos del mundo que continua siendo muy estrecha. Lo que nos sigue estrechando -consideraba él-…lo que nos estrecha son las fronteras, las limitaciones a una visión de la humanidad como conjunto. Y ponía como

ejemplo las tensiones territoriales, las inquinas fronterizas de Europa que -como ustedes saben- luego fueron causa de la Segunda Guerra Mundial.

Europa era en aquel periodo un continente repleto de fronteras, con muchos países como ahora; pero, entonces, sin la visión de conjunto que supone la Unión Europea. No había nada que se le pareciera.

Por no haber no había ni intenciones. Cuando esa era precisamente la intención de HG Wells: plantear una visión de conjunto de la humanidad. Consideraba necesaria una mirada más amplia de lo que somos. Y resulta que quien hacía ese discurso…quien lo hacía, fíjense, era británico. Un ciudadano de las islas que ahora se aíslan era quien planteaba hace 90 años la necesidad de prescindir de la mirada nacionalista. Él proponía la necesidad de promover lo que une a Europa para empezar y a la Humanidad para continuar. Esto lo planteaba 15 años antes de que sólo después de la Segunda Guerra Mundial se empezaran a dar los primeros paso de dos instituciones con sus claroscuros, desde luego…pero, dos instituciones históricas como son la Unión Europea y Naciones Unidas.

Recuperar sonidos históricos, y además en la voz de personalidades tan carismáticas como la de Laurence Olivier, es casi un viaje en el tiempo, que es posible hacer en la radio. Precisamente, ’La máquina del tiempo’ es otra de las incursiones oníricas que tuvo HG Wells.

Ese es el título de otro de sus libros. Esa máquina para moverse hacia el pasado o el futuro es otro hito de la ciencia ficción. Es una prueba más de la visión profética que tenía la imaginación de HG Wells. La máquina del tiempo es un -además, Jaime-..es un texto clave en la evolución literaria de las distopías ,de las que tanto se ha hablado en este pandémico año de 2020. Ese libro contiene una dosis considerable de crítica social de la sociedad occidental de finales del XIX, contiene una advertencia sobre el destino funesto al que se encaminaba Europa. Wells anduvo rozando los profético escribiendo algunas distopías en las que podía percibirse el aroma de lo trágico en el trasfondo de la ficción.

Teniendo en cuenta además que Wells como apasionado del conocimiento de la ciencia escribía sus ficciones desplegando en la narrativa hechos científicos que le daban mayor verosimilitud a sus planteamientos. De hecho, es fascinante que Wells escribiera esa novela diez años antes de Albert Einstein formulara la teoría de la relatividad. Wells llega a identificar el tiempo como una cuarta dimensión. En fin, fue un tipo sencillo, su escritura está exenta de virtuosismo, se aparta de la pompa retórica y los énfasis, esquiva las magias y talismanes literarios; pero consigue una literatura que va repleta de imaginación. Imaginado los prodigioso. Imaginar lo prodigioso es un gran virtud. Y lo hizo desde una simiente científica en la que no había sobrenatural. Y no sólo imaginó distopías, también imaginó una humanidad unida entorno a unos ideales éticos.

Su distopía más celebrada y versionada y especialmente pertinente este fin de semana con el desenlace del Brexit…es ‘La Guerra de los Mundos’, a la que se refería Alicia en la presentación del capítulo. Es una novela en la que que pervive un mensaje humanista en un paisaje post-apocalíptico.

Pensemos en que lo que vence a los invasores extraterrestres no es la humanidad poniendo todo su ingenio al servicio de la defensa común. No. Lo que doblega la invasión de una especia extraterrestre hiperevolucionada son los seres invisibles de nuestro planeta, son los patógenos para los que no estaban preparados los alienígenas. Son los seres invisibles, los microorganismos los que derrotan a quienes habían invadido nuestra naturaleza. Me parece que hay algo profético en ese planteamiento. Recordemos que estamos hablando de un libro escrito dos años antes de terminase el siglo XIX.

Y transcurrido tanto tiempo puede encontrarse una conexión en el trasfondo de ese mensaje con el mecanismo de nuestros días, con el mecanismo de nuestro tiempo. Porque es real y existe esa forma desviada y suicida que tenemos los seres humanos de entender este mundo, colonizando hasta el último rincón de la tierra para servirnos de él, para beneficiarnos de todo cuanto encontramos a nuestro paso. Lo que nos ha enseñado este año pandémico es que en entre lo que puede ser globalizado también está el dolor y la muerte. Lo que nos ha enseñado este año es que lo prioritario es la salud. También nos ha enseñado que parece esencial revisar y redefinir la idea que tenemos del humanismo.