En la calle el debate sobre si debe ser obligatorio o no vacunarse está abierto desde hace semanas. En España, el 64% de los ciudadanos estaría dispuesto a hacerlo. Aunque eso sí, sólo el 13% lo haría de forma inmediata, una vez que esté lista la vacuna, y un 38% optaría por vacunarse a los 3 meses. Son datos de un estudio realizado por Ipsos (una empresa de investigación de mercados) junto al Fondo Económico Mundial.
En principio, en España ponerse la vacuna será opcional, pero, ojo, puede que no vacunarse traiga consecuencias. En Europa se ha dado un paso más y se ha planteado un nuevo debate. Se pone sobre la mesa el hecho de que vacunarse sea un requisito obligatorio para firmar un contrato de trabajo. Es decir, si no queremos ponernos la vacuna, podríamos no ser contratados.
Desde Bruselas, la presidenta del Comité Económico y Social Europeo ha abierto la puerta a que las empresas fichen solo a personas vacunadas. Dice que el empresario podría elegir libremente si contrata o no a un empleado que no esté vacunado, al igual que el trabajador podría decidir si quiere trabajar o no para esa empresa. Es la opinión de la presidenta de un órgano consultivo de la UE, que no es vinculante.
Pero ¿qué puede ocurrir en España? ¿Se puede exigir estar vacunado contra el COVID como quien exige saber informática a la hora de buscar trabajo?