Hemos estado hablando del desencanto de una parte de la sociedad después de décadas de democracia en Occidente, en Europa, del vínculo de cómo van de la mano Estado del Bienestar y democracia, pero ¿puede existir una democracia en cualquier país del mundo o es necesario que se den ciertas condiciones para que pueda nacer y sobrevivir?¿cuáles serían esos fundamentos que hacen posibles una democracia? y, sobre todo, ¿se están poniendo en peligro los fundamentos de la democracia?
Según Ignacio Varela, se tiende a identificar el Estado de Bienestar y la democracia como algo similar pero no es lo mismo. El primero "es una forma de distribuir la riqueza en las sociedades prósperas" y la otra es "una forma de organizar el gobierno y la vida en común". Puede haber un Estado del Bienestar que no sea democrático "teóricamente", algo que "pretendieron hacer los regímenes comunistas, pero fracasaron, y ya veremos si en el futuro alguien consigue sostener un régimen que tenga prosperidad económica y justicia social pero sin libertad política". También se puede dar una democracia sin Estado de Bienestar, "yo no diría que EE.UU responde al modelo de Estado del Bienestar y, sin embargo, indiscutiblemente es una democracia, una de las más antiguas", del mismo modo que en algunos países de Latinoamérica, Asia o África que mantienen tienen de base la democracia.
Para el escritor, la democracia moderna son "libertades políticas y libertad personal, sufragio universal, instituciones representativas, división de poderes, pluralidad de partidos políticos, gobiernos sometidos a control y procedimientos legislativos reglados", algo que se diferencia de los "modelos plebiscitarios" que "siempre han terminado en catástrofe o en dictadura". Según esta definición, considera, la democracia es una "excepción histórica".
Siendo la democracia británica y la norteamericana las más antiguas, la gran mayoría de las actuales nacieron a finales del siglo XIX o en el siglo XX, donde la española cuenta con solo medio siglo de vigencia. Hay zonas que no la conocen todavía ni tienen una proyección favorable para darse como Rusia y China, además de muchas zonas de África. Según el famoso índice de 'The economist', hoy hay 24 democracias plenas y 48 imperfetas, 72 países sobre 165 (menos de la mitad) y "ninguna de ellas es irreversible".
La democracia, afirma Ignacio Varela, no puede existir en cualquier parte porque "es una planta muy delicada que solo florece si se siembra en el terreno adecuado y con unas condiciones climáticas precisas y, además, hay que regarla y cuidarla cada día porque si se descuida, se marchita". Además, son necesarios 5 puntos indispensables para conservar una democracia, dos de ellos en referencia a la estructura social y los demás son "político-culturales". "La democracia solo ha prosperado en sociedades con una clase media amplia y poderosa y en donde existe un mínimo de cohesión social en el sentido de que las desigualdades no sean intolerables. Si la polarización política perjudica a la democracia, la polarización social, cuando es extrema, la hace directamente inviable".
En los dos primeros puntos, los sociales, una democracia no puede existir si no hay nada que se encuentre entre las personas más ricas y las más pobres, motivo de fracaso de la 2ª República. Durante esta época, además, "el deterioro y la indignación de las clases medias por la gran crisis del año 29" llevó a las democracias europeas a una situación de crisis y "condujo a fenómenos totalitarios como el fascismo en Italia y el Nazismo en Alemania".
En cuanto a los puntos culturales, "se necesita un entramado institucional", con una estructura estatal que esté presente y no como en zonas subdesarrolladas que hay un gobierno que manda pero con un estado prácticamente inexistente; "el laicismo", es importante que la religión mantenga una cierta independencia de la sociedad y no la domine, tiene que "habitar en su lugar natural, que es la conciencia de cada individuo"; y, por último, "es que exista una base de consenso sobre unos cuantos valores y principios compartidos", el más importante: "el imperio de la ley" como la creadora de la convivencia.
"En una democracia, la ley no es otra cosa que la expresión reglada de la voluntad popular y oponer una cosa a la otra es directamente una aberración". Bajo la metáfora de un edificio, la democracia sería lo más importante de esa obra arquitectónica donde lo más importante son lo cimientos, las cañerías y conductos eléctrico que lo hacen funcionar pero, si se descuida el mantenimiento de este, llega la "aluminosis", que por muchos decoradores que se compren o manos de pintura que se apliquen, un día el edificio se caerá y nadie sabrá por qué pasó (los encargados del mantenimiento no han realizado correctamente su labor).
Por último, opina "que nuestra democracia, específicamente la española, tiene síntomas preocupante de aluminosis -lesión que afecta al hormigón- y ahora que se acercan las urnas, conviene que cada cuál reflexione sobre ello y ponga nombres y apellidos a esta historia".