Ignacio Varela: "La pregunta mortal: ¿Y si resulta que en realidad hay una recompensa en el voto de quienes ejercen la confrontación?"
La semana pasada Ignacio Varela expuso los posibles escenarios que nos podríamos encontrar tras las elecciones en EE.UU. Hoy reflexionamos sobre las distintas lecciones que nos deja lo que está ocurriendo al otro lado del charco.
Joe Biden va ganando a Trump bajo un resultado que dejará un colegio electoral con 332 delegados frente a 306 republicanos. Nuestro colaborador Ignacio Valera lo considera una "victoria holgada", pero resalta que el verdadero resultado es que de hace cuatro años hasta aquí no ha cambiado mucho el panorama.
"El resultado de estas elecciones es un espejo aumentado de las elecciones de hace cuatro años y podemos observar que después de todo lo que ha pasado no ha habido cambio de votos en ninguna de las partes: Biden ha sumado 8 millones de votos más que Clinton y Trump 7 millones de votos más que en las últimas elecciones", dice Valera.
Unos votantes enfurecidos, no convencidos
Además, Valera destaca que esto se debe a que los estadounidenses que normalmente no irían a votar, esta vez lo han hecho porque "se ha calentado el ambiente".
"Nadie ha convencido a nadie, ni han cambiado de opinión. Simplemente se han sumado a la batalla entre ambos campos, ya que son dos bloques siguen petrificados, enfrentados y enrocados en sí mismos".
Estas elecciones nos deja una visión de un país "roto y partido", comenta el colaborador.
¿Qué lecciones podemos sacar?
Varela señala que "hemos vivido un episodio más de la guerra que se libera en todo occidente entre la cultura del nacional populismo y de la democracia convencional", pero que a día de hoy los primeros están "mustios" y los segundos "más alegres o aliviados".
Aunque se haya dado una movilización masiva, algo que es "bueno", pero que a su vez no lo es tanto porque "nace de la rabia y de la confrontación llevada hasta el extremo".
"Los estudios demuestran es que la adhesión a sus líderes no ha crecido, sino que lo que ha crecido es el rechazo a los líderes del campo contrario y ese ha sido el motor", destaca el colaborador.
¿Cuáles son los efectos del cisma?
Cuando esto pasa, dice Valera, el primer efecto es que "el 100% de la motivación del voto se hace puramente posicional".
Otro es que la conversación política se hace imposible. Varela señala que para que esto suceda "hace falta partir del supuesto de que al otro le interesa tanto como a ti lo mejor para el país aunque se discrepe en los medios".
Como consecuencia, los argumentos acaban "perdiendo valor" y la verdad pierde su importancia también.