Nuestro sospechoso de sábado quiere hacer referencia a lo vivido en estas últimas semanas. España se revolvió con lo ocurrido en el Estadio de Mestalla, cuando un sector del público insultó a Vinicius Jr. llamándole 'mono' y este se revolvió y señaló a quienes lo injuriaban.
No es la primera vez -ni por desgracia será la última-, pero las imágenes se han visto en todo el mundo. España ha sido señalada desde dentro y desde fuera como un país racista. Y el propio presidente de Brasil pronunciaba unas palabras muy duras durante una rueda de prensa en la reunión del G7.
La pregunta está sobre la mesa: ¿Realmente puede decirse que España es un país racista? "Lamento que este debate se haya disparado a causa de algo que ocurrió en un estadio de fútbol porque hace que se mezclen problemas bien distintos y no clarifican la visión", comienza diciendo Ignacio Varela.
Después, responde a la pregunta con otra pregunta "¿En comparación con quién?", y comienza a hacer una reflexión sobre en qué situación se encuentran otros países respecto al racismo. Por ejemplo, en Estados Unidos, aunque se han derogado leyes contra la segregación racial, a nivel práctico es un "hábito muy difícil de extirpar".
"Allí los negros son el 12% de la población, pero son el 40% de la población reclusa. Las familias negras tienen una renta diez veces inferior a las blancas y un negro tiene el doble de probabilidades de morir en un enfrentamiento con la Policía. Es un enorme problema político y social", asegura.
Sobre Brasil, "los blancos y negros están al 50% con los negros subiendo, pero resulta que toda la clase dirigente del país es blanca y resulta que los negros sufren la misma o mayor desigualdad social y política que en Estados Unidos. Quizás el presidente Lula debería ocuparse también del racismo en su país".