El pasado jueves aterrizó el Rey emérito en Vigo, que fue recibido por una gran cantidad de periodistas, a día de hoy hay más de 200 periodistas se encuentran en Sanxenxo, esto, convierte el regreso de Don Juan Carlos en un espectáculo nocivo para la institución y en, cierto modo, incluso obsceno.
Ante esta situación es conveniente aclarar posibles malentendidos sobre el Rey emérito; según la definición un emérito es alguien que se ha jubilado y mantiene sus honores y alguna de sus funciones, actualmente Don Juan Carlos mantiene su tratamiento de majestad y carácter honorífico de Rey, además pertenece a la familia real, lo que significa que sigue formando parte de la institucionalidad española, esto comporta privilegios pero también, deberes y obligaciones. No es cierto que pueda hacer todo lo que desee, debe ajustarse a las normas y jerarquías de la institución de la que forma parte.
El segundo malentendido esrelacionar su regreso con el hecho de no tener cuentas pendientes con la justicia, Juan Carlos se fue siendo un ciudadano libre y volvió siendo un ciudadano libre, esto se debe a que posee un privilegio institucional, ante esto la gente cree que debe dar explicaciones. La vida pública del Rey Juan Carlos ha concluido, está grabada en la historia de España, merece respeto por el servicio que prestó, pero llegó a un punto en que decidió centrarse en su disfrute y en el camino perdió la confianza de la sociedad.
El Rey emérito tiene que admitir las obligaciones y deberes a las que está sujeto, pero no debe deambular, por que, cada vez que aparece en un titular, el efecto es contrario a la institución, lo mejor que puede hacer es descansar en un lugar discreto y comedido, dejar trabajar a Felipe VI y huir de las cámaras.