El pasado 26 de diciembre, unas declaraciones que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, realizó en el diario británico 'The Guardian' sobre el modelo español de producción y consumo de carne pusieron de nuevo sobre la mesa el debate de las macrogranjas en nuestro país. Unas palabras que, según el propio ministro, fueron tergiversadas para que estallaran en redes y medios con críticas contradictorias de diferentes representantes políticos, incluso de colegas en el Gobierno de coalición en el que participa.
"Reivindico absolutamente lo que sí dije: que hay una ganadería extensiva, social y familiar, que protege el territorio, que arraiga población, que es absolutamente sostenible, que protege los campos y que es fundamental para el mundo rural, pero que está amenazada por el modelo de las macrogranjas que es altamente contaminante", manifestó de nuevo el ministro en una entrevista concedida a El Intermedio.
"Construyeron un bulo para difundirlo, se lo pasaronal candidato de las macrogranjas -que es el candidato del PP-, y a partir de ahí, empezó la polémica sobre lo que no dije", insistió Garzón entonces.
Sin embargo, nuestro sabio de sábado, Ignacio Varela, se muestra indignado con la conducta del que considera un "ministro comentarista" debido a que, a su juicio, ha generado un problema a partir de un asunto que "hace quince días estaba ausente de la conciencia de todos nosotros". Así se ha manifestado antes de apuntar que "a lo largo de esta semana, nos hemos enterado de que hay dos tipos de ministros: los que hablan por el Gobierno y los que lo hacen a título personal".
Rechazo al debate problemático
Más allá de la esencia de la actual disputa, Varela ha sostenido una tesis clara. "Es normal y saludable que de los problemas nazcan debates o polémicas; es anómalo y tonto que las polémicas que salen da la nada o de una anécdota provoquen problemas; y es irresponsable y golfo hacerlo a propósito", ha declarado el sabio.
Así, manifestaba su descontento por el hecho de copar el debate político con "un tema que hace dos semanas no importaba a nadie y que dentro de dos semanas habremos olvidado". Todo "porque un ministro de juguete se ha ido de la lengua", algo que considera un lujo que no deberíamos permitirnos".
Asimismo, ha sostenido su planteamiento apelando a otras cuestiones aparentemente triviales que acaparan la actualidad política sin que a nadie parezca interesarle en realidad el asunto de discusión. "Todas las semanas tenemos un par de casos de debates que causan problemas", ha expuesto.
"A algunos les cuesta entender que el trabajo de un gobernante es prevenir los incendios y, si no, tratar de apagarlos, porque lo contrario es lo que hacen los pirómanos", ha añadido.
La defensa de las propuestas prácticas
Ignacio Varela lo tiene claro: "en la trastienda de estos debates muy explosivos hay problemas muy reales que no se sabe o no se quiere plantear de frente, simplemente, porque no tenemos la solución para ellos".
Por ello, el sabio propone "acompañar la cabriola verbal de alguna propuesta práctica, previamente estudiada, trabajada y consensuada" ya que "hablar por hablar no es lo que se espera de un miembro del Gobierno".
"Debatamos sobre los problemas, pero no hagamos de cada debate un problema", ha concluido Varela.
En cualquier caso, tal vez las declaraciones del ministro sí hayan suscitado un debate tras el que parece subyacer un problema real: el peligro de los modelos productivos altamente contaminantes. ¿Quién sabe? Tal vez situar esta cuestión en el punto de mira contribuya a generar conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad porque dentro de no mucho tiempo el cambio climático sí será un gran problema social. Así que, que la palabra nos ayude a explicarlo.