En pleno proceso de investidura recibimos mensajes desde cada esquina política con argumentos contrapuestos entre sí. Unos argumentan una cosa y otros la contraria. A veces los razonamientos de un lado nos parecen sensatos, pero cuando escuchamos los de sus adversarios en contra posición, también nos parecen válidos sus razonamientos. ¿Cómo podemos saber qué argumentaciones buscan esclarecer la verdad y cuales, por el contrario, están diseñadas solo para convencernos y salirse con la suya? ¿Existe alguna manera de saberlo a ciencia cierta?
Sabino Méndez recurre al escritor clásico Aristófanes y a su obra 'Las Nubes', para averiguar cómo podemos distinguir entre los que argumentan con la intención de persuadirnos y los que buscan exponer la verdad. En ella, Aristófanes, habla de los que razonan a favor de una cosa y más tarde de la contraria para forzar los argumentos por su propio interés. Para saber qué argumentos buscan la verdad y cuáles no, se fija en la intencionalidad del discurso que se esgrime y genera la distinción entre los discrusos amables y los discursos buenos.
