Nuestro sabio de guardia Sabino Méndez nos explica el concepto de la gracia desde su perspectiva más mística. Un elemento esencial para comprender la predestinación humana o su devenir indeterminado e incontrolable.
"No puedo evitar pensar en aquello tan humano como el favor del destino", comenzaba el sabio aludiendo a aquellas personas que, por alguna circunstancia imposible de determinar -quizá por el destino-, tuvieron la gracia o más bien la desgracia de hipotecarse en un terreno que después quedaría arrasado por la lava de un volcán, o de abrir un negocio una semana antes de que la cuarentena obligara a su clausura.
Sabino Méndez ha explicado que cuando estas circunstancias son favorables a quien las padece se apela a la gracia (alguien está en gracia de algo) y cuando son adversas se apela a la denominada desgracia. La desgracia es una palabra compuesta por un prefijo -des- y un lexema -gracia- cuya relevancia es tal que "cuando carecemos de ese favor del destino señalamos esa pérdida de la gracia y la tristeza de no tenerla", según apuntaba Méndez.
La gracia divina
La gracia es un concepto que está presente en casi todas las religiones. Además, según ha manifestado nuestro sabio de guardia, "aunque ahora está de moda mirar por encima del hombre a las religiones, hay que reconocer que esto de la gracia lo resolvían de una manera muy astuta mediante la idea de la gracia divina".
Partiendo de la base de que "nuestra existencia se mueve entre la eficacia de nuestras propias fuerzas y el empuje de potencias naturales impenetrables y desconocidas que escapan a nuestro control", parece acertado apelar a un concepto divino que, además, señala la individualidad de cada ser en función del tipo de gracia de la que disfruta. Está o no está en gracia de Dios. "Es una manera de reconciliarse con la lotería biológica", ha dicho.
Asimismo, Méndez ha señalado que "esta problemática de nuestra posición en el mundo tiene su tradición filosófica en el problema insoluble de la libertad humana y la carga de predestinación que trasladan esas circunstancias externas". Unas circunstancias a las que actualmente aludimos en forma de "condicionamiento, dios, arte, moralidad o suerte", según ha declarado Sabino.
"Hoy en día ya sabemos que no existen males de ojo ni maldiciones, sino que existen magmas geológicos bajo nuestros pies y mutaciones de virus corriendo por la atmósfera. Sin embargo, esto no nos tranquiliza nada porque sigue resultando inexplicable ese don gratuito del favor del destino que a veces favorece a unos y a veces perjudica a a otros", argüía .
La gracia y el encanto
Rudy Cansado explicaba que existen dos tipos de comediantes: los que nacen con gracia y los que han de trabajarse la gracia para resultar graciosos. Por ende y según concluía Méndez, "la gracia humana es un don gratuito que, unido al favor del destino, hace que estemos en gracia".
No obstante, "no debemos confundir la gracia con el encanto", declaraba contundente el sabio para, inmediatamente, explicar que "se puede tener un encanto repulsivo y sibilino como el de la serpiente, pero la gracia nunca será repulsiva, sino graciosa y agraciada".