Nos encontramos en un momento donde todo se quiere medir. Se hacen medias del tiempo de duración de una relación y se emplean argumentos científicos. Por ejemplo, dicen que una relación de amor se mantiene unos cuatro años de media. Todo se quiere cuantificar, aunque es imposible. Reflexionamos sobre ello con nuestro sabio de domingo, Sabino Méndez.
Sabino indica que la digitalización es lo que más nos ha empujado a cuantificar todo. "Como ahora se pueden archivar millones de datos para examinarlos, luego llegamos a crear que con eso lo podemos tener todo medido", explica.
Para que lo entendamos mejor, nos pone un ejemplo reciente: "Esta semana hemos visto que después de las elecciones de Madrid ha sido todo un desfile de sumas, restas, análisis, cálculo, buscando lo que significaban los porcentajes de escaños… como si en función de esos cálculos pudiésemos sacar perfiles de votantes y extraer conclusiones de lo que creemos que quieren nuestros compatriotas”.
"Muchas cosas se pueden sumar, como es el caso de los votos. Sin embargo, hay innumerables cosas importantísimas que influyen en la vida de las personas, pero que no se pueden contar", indica. Sabino dice que esto trae una serie de consecuencias: "Complica mucho las cosas para tomar decisiones o sacar conclusiones".
Nuestro sabio sostiene que el dolor, que es algo que está en nuestro día a día, no se puede pedir. "Después de siglos y avances técnicos nadie nos ha podido dar todavía la unidad de medida de cosas como el dolor", afirma.