"Estamos atrapados entre la dicotomía de salvar la Navidad, pero salvarnos seguros", dice Sabino Méndez que, además, debemos planificaras de tal manera que podamos disfrutarlas. En este punto, sostiene el colaborador, también "aparece la dicotomía entre lo que nos gustaría y lo que nos conviene hacer".
"Siempre por un lado tenemos las emociones, que en este caso sería estar juntos, y por otro lado tenemos la razón, que serían los datos científicos de que cuanto menos nos juntamos hemos visto que baja claramente la cifra de contagios", señala Méndez.
La pandemia ha generado que busquemos ese equilibrio entre "salvarnos de la enfermedad cerrando todo" o "salvar la economía dejando abiertas muchas cosas aun sabiendo que ponemos en riesgo a las personas", cuenta el colaborador.
Tener que pensar en este tipo de cuestiones, señala Méndez, "nos lleva a pensamientos y reflexiones sorprendentes sobre cosas que dábamos por sabidas y que antes no le dábamos demasiadas vueltas".
Sin embargo, aunque pensemos que la razón y la emoción son dos cosas completamente opuestas, en realidad no es así. "La emoción no es lo contrario de la razón, ni hay una oposición este no contagiarnos y salvar la economía - indica Méndez -. Y nos hemos dado cuenta de que era una pregunta trampa".
El colaborador sostiene que "todos queremos no contagiarnos y salvar la economía con las medidas adecuadas" y que, encima, "es posible". "Algunas veces lo que nos gusta sí que coincide con lo que nos conviene, pero cuando coinciden nos parece algo tan natural que ni siquiera nos damos cuenta de lo que está pasando".