A raíz de los debates de esta semana en el Senado, Sabino se ha dado cuenta de que hay dos tipos de comportamientos básicos en los humanos cuando han de enfrentarse a una deliberación:
Uno es un comportamiento más orientado a la cosa, a la tarea, al tema a debatir y el otro es una conducta ante el debate que se orienta más a la relación entre las personas que han de debatir, es decir, que en los debates unos se centran en el QUÉ del debate y otros en el CÓMO del debate.
Eso no quiere decir que un comportamiento sea bueno y el otro malo, solo que son tendencias y que cada una tiene sus pros y sus contras. Pero esas orientaciones básicas, esas dos tendencias principales de enfoque, me son comprobables y marcan la manera de comportarse de cada tipo de argumentación y de cada tipo de argumentador.
Por ejemplo, el que pierde de vista el objeto del debate, tendrá como desventaja que se limitará al insulto y a la descalificación personal, pasando a ser el adversario una némesis.
Los que se centran más en el tema sin fijarse en la relación, suelen ser más bordes, al contrario que los que insultan en el debate, que suelen ser más cercanos y más cálidos.
