Este sábado 23 de abril se celebró el Día del Libro, una jornada dedicada a todos los amantes de la literatura que debe su fecha a dos grandes genios de la palabra escrita: Miguel de Cervantes y William Shakespeare. La razón por la que la UNESCO, en 1995, eligió el 23 de abril como Día del Libro fue porque ese día de un ya lejano 1616, es la fecha que figuraba en los certificados de defunción de ambos escritores.
Por este motivo, Sabino Méndez analiza la obra de ambos y compara las similitudes y diferencias que tienen entre sí, así como si hubo uno que influyó verdaderamente en la obra del otro. Según nuestro sabio de Por fin, ambos comparten un mismo rasgo: "construir personajes inolvidables". A todos se nos viene a la cabeza el Quijote y Sancho Panza, en el caso de Cervantes, o Hamlet, Romeo y Julieta o Macbeth, en el caso de Shakespeare.
También coinciden en la fecha de su muerte, aunque esta anécdota no deja de tener un poco de trampa: "En esa primavera de 1616, en Inglaterra todavía regía el calendario juliano, mientras que en España ya se había cambiado al actual calendario gregoriano que le quita diez días a los calendarios antiguos. Por tanto, Shakespeare murió 11 días después que Cervantes, el 3 de mayo. Mientras que el español tampoco murió el 23 de abril, sino el 22, pero su certificado de defunción se extendió al día siguiente".
¿Quién influyó a quién?
Cabe destacar que es posible que el español fuera quien influyera al inglés, aunque "muy improbable" que fuera al revés. Según explica Sabino, 'El Quijote' se publicó en 1604 y la primera traducción al inglés se hizo en 1612, pero en 1605 -un año después del triunfo de la obra de Cervantes-, una embajada inglesa viajó a Valladolid para recoger la documentación firmada por Felipe III del Tratado de Paz que habían hecho España e Inglaterra un año antes en Londres.
La Corte estaba entonces en Valladolid, la capital de España, donde había muchas librerías. Y en esas embajadas, viajaban también muchas de las escasas personas alfabetizadas de la época. Un séquito en el que a veces también se integraban como distracción cómicos que trabajaban en las compañías reales de comediantes. ¿Y quién estaba en esa época trabajando con la Compañía Real de Teatro del Rey de Inglaterra? William Shakespeare. Por tanto, aunque la posibilidad de que el genio inglés viajase en esa embajada es muy remota, ya que se desconoce, no sería descabellado pensar que pudo ser así y que Shakespeare pudo haber tenido un contacto más temprano con el exitoso Quijote de Cervantes.