Cómo vives el verano es el mayor indicativo del paso del tiempo. Para empezar: te vas haciendo mayor cuando el verano pasas de sentir que dura tres años a que se te pase como tres minutos! Que llegara el verano implicaba, para empezar, que te despertabas más tarde. Implicaba que podías ver en la tele mil cosas… que dormías unas siestas de campeonato y por supuesto implicaba que podías ir en braguitas/calzones todo el día, te bañaras o no, y, lo más importante: Descalza. Porque ese mito de que no se caminaba descalzo por si te clavabas algo… entiendes con la edad que es la excusa de tu madre, muy fina ella, para que no pusieras en entredicho la limpieza del suelo al subir tus plantas negras a la cama o al sofá…
Pero en verano desaparecían los peligros del suelo, en verano ganaba el amor de madre y que sus retoños no pasaran calor, a la prueba del algodón de las pisadas. Ya no siendo infante, pero siendo menor de treinta, en verano te autoconcedes licencias muy sabrosas como no tener que hacer la cama.. “buah, es verano, Escudero…” …que a veces te decías a ti mismo: “es que ¿pa' qué hacerla? Si la voy a volver a deshacer…”.
Como que tu inconsciente te decía: a ver, te acabas de levantar pero hay opción de siesta temprana!".Pero, con el paso de los años y la llegada (y posterior superación) de la treintena, uno de los placeres del verano es levantarte con la fresca para irte a la piscina/río/playa y haber dejado la casa hecha. Otra dura señal es cuando te descubres en plenos primeros días de vacaciones diciendo cosas como “¿pos no estoy cansá de no hacer na en todo el día!?”. Te queda nada para pasar a la queja activa en la calle: Luego verás a niños patinando como plumas al viento y te saldrá del alma eso de “míralos ahí, en lugar de andar estudiando…” Eso se llama envidia porque tú no pasaste de tus Fisher Price con sus ruedas tamaño camión y el freno de mano hechao. ¡Eso los intrépidos que salían sin casco, ojito! Que yo tenía amigas que ya salían escayoladas por si la gravilla del suelo…
Si sabes distinguir la arena de la gravilla, seguro que sabes lo que es el encofrao de una casa y seguro que haces la bechamel sin grumos: tú ya no tienes carnet joven. Y algo más íntimo, más revelador, más atemporal porque puede que no se dé en verano: te vas haciendo mayor desde el día en que la ropa interior color carne ya no te parece tan fea. Asume que los días de mucho frío vas a empezar a ponerte bragas de cuello alto, amiga.