Javier Cancho, en ‘Por fin no es lunes’, cuenta que fue una actriz carismática, se la convirtió en un icono sexual, se la consideró una mujer con plena confianza en sí misma. Para algunos no acostumbrados tenía demasiada. Y hubo quienes aprovecharon el momento en el que enfermó. Estaba enferma pero decían que iba siempre borracha. La señora Turner en ‘Punta Norte’.
“Turner llevaba practicando su dicción desde la adolescencia. Se metía gomas de borrar en la boca para ganar capacidad de vocalización y timbre desde la dificultad. Por aquella perseverancia, no era una actriz más pronunciado el contenido del guión”, detalla Cancho.
“En la fuerza interpretativa de Kathleen Turner encontró Hollywood el modo inmediato de incorporarla a su muestrario de erotismo platónico para los públicos del mundo. Recordemos que en Fuego en el Cuerpo, de Lawrence Kasdan, el personaje de Turner agarra en el transcurrir de los acontecimientos el mástil fálico del personaje de Willian Hurt porque ella precisaba de una segunda ronda de deseo. De ese modo se le confiere al personaje al que Turner daba rumbo una proyección de voracidad insaciable que termina calando en la actriz que lo interpreta. Kathleen pasó a ser la actriz más deseada de la industria. Fue un símbolo sexual”, nos cuenta.
Javier Cancho señala que “su físico fue deteriorándose. Y pronto empezaron los rumores. Se dijo que bebía demasiado, que había dejado de cuidarse, se le atribuyó una falta de respeto a sí misma cuando eran todos aquellos chismorreos los que carecían del más mínimo de los respetos. Kathleen prefirió verse sometida a todo aquello a revelar lo que en realidad le sucedía.” ¡No te pierdas la historia completa!
