Hace unos días decíamos adiós al invierno y dábamos la bienvenida a la primavera. Una estación que llegó acompañada de intensas lluvias interrumpiendo el florecer de los árboles y las flores.
Las lluvias han hecho que la atmosfera se limpie beneficiando así a los alérgicos en los primeros días de la primavera, pero el agua también trae consigo que se aumenten los pólenes y que se mantengan durante más tiempo.
Aunque en estos primeros días de primavera los alérgicos al polen hayan detectado pocos síntomas, el picor, el enrojecimiento de los ojos, los estornudos y la congestión nasal llegarán en los próximos días…