Que la vergüenza debe cambiar de bando es un sentimiento que muy poco a poco va calando entre las víctimas de agresiones sexuales. Lo hemos visto en el caso de la ciudadana francesa Giséle Pelicot, cuando lo reclamó ante las cámaras en el juicio por haber sido violada por su marido y otros 50 hombres de forma reiterada.
En España también lo hemos visto con el caso de Conchi Granero, la mujer que narró a cara descubierta en una carta el calvario que sufren muchas de las que deciden denunciar, cuyo testimonio se cuestiona, además del testimonio generalizado a que nadie las crea.
Conchi sufrió una agresión sexual en febrero de 2020 y tuvo que pasar y afrontar con valentía todo el proceso que comienza en el mismo momento en que la agreden. Primero el miedo y la vergüenza, después la verbalización del trauma vivido, y el paso por el cuestionamiento de sanitarios, policías o el sistema judicial, entre otros muchos procesos.
Después de pasar por todo este calvario y antes de conocer el veredicto del juicio contra su agresor, Conchi decidió escribir una carta de agradecimiento a su abogada de oficio en la que expresaba su desengaño con el sistema judicial y pedía que no se revictimice a otras mujeres. También agradecía a su letrada el trabajo hecho y le decía que si perdían el caso no era culpa suya.
Conchi ha estado este miércoles en 'Por fin', donde ha explicado que se ha sentido sola durante todo el proceso, hasta que se le asignó su abogada. "Creo que hay que tratar de forma digna y con empatía a una persona que está haciendo una denuncia por agresión sexual (…) Constantemente recibimos el mensaje social de tener que denunciar, pero luego te dejan un margen, no te informan de absolutamente nada, te cuestionan continuamente... No te lo facilitan en ningún momento", explica.
"No tuve nadie que estuviese a mi lado cuando declaraba, cuando estaba el forense o cuando estaba haciendo la denuncia. Estuve sola (…) Ha habido momentos en los que me he arrepentido de hacer la denuncia", reconoce en 'Por fin'.
Conchi cuenta, además, que no supo nada de su proceso desde que denunció la agresión en febrero de 2020 hasta julio de 2023: "Pensé que se habían olvidado de él".
El mensaje que quiere dejar con su testimonio a otras mujeres que pasen por situaciones similares es el de que "no eres menos víctima por no denunciar". "Hay mucha gente que me ha confesado que ha le ha pasado algo parecido y no se han atrevido (...) No tienen que sentirse responsables en el el momento que no quieren denunciar".
Su abogada, Carla Campelo, explica que en su trabajo se encuentra con muchas mujeres que tienen la sensación de sentirse desprotegidas y solas una vez que han denunciado a su agresor y denuncia lo largos que son los procedimientos. "Es una pena que, como en este caso, se denuncien los hechos en 2020 y salga la fecha para el juicio oral en 2024".