El juicio contra Luis Rubiales comenzó este lunes con la declaración de testigos, entre ellos, la futbolista Jenni Hermoso quien negó que diera permiso a Rubiales para besarle en la boca y ha defendió que el exmandatario le faltó al respeto.
Rubiales se enfrenta a 2 años y 6 meses de prisión por un delito de agresión sexual y otro de coacciones. Por este último, la Fiscalía pide para Vilda, Rivera y Luque 1 año y 6 meses de prisión.
En periodista Juan Soto Ivars opina que el 'caso Rubiales' es "muy interesante" a nivel cultural por "el papel predominante que ocupa el sexo y el escándalo sexual en una sociedad como la nuestra".
Considera el periodista que "la presidencia de Rubiales tenía elementos para hacerlo eyectar de su silla, con problemas en la Federación, sospechas y quejas de las jugadoras de la propia selección femenina".
"Es muy habitual de un tiempo a esta parte que grandes cabrones, malos gestores, pésimos jefes caigan solo si se propasan sexualmente", apunta Ivars.
El escritor señala la "hipocresía" de la sociedad al condenar a Rubiales por "un pico" y ve "escandaloso que este señor se enfrente a una condena por agresión sexual" por un beso no consentido.
"La razón principal por la cual Rubiales está donde está es porque muchos ya se lo querían quitar de en medio y utilizaron el clima de puritanismo sexual en el que nos ha introducido la tercera ola feminista para cargárselo", defiende Ivars.
Para el escritor "el 'pico' y la reacción al 'pico' han sido utilizados como arma por los enemigos de Luis Rubiales", y termina criticando que "en esta sociedad se utilicen casos de denuncias sexuales para mover a gente de su silla. Somos una sociedad en la que la corrupción demostrable no vale para que echen a alguien, pero sí vale cualquier asunto relativo a su vida sexual".