Ha caído su primer Grand Slam y acompañado de un número uno en el ránking mundial. El día de Alcaraz en Nueva York ha sido una locura porque es el hombre con el que todos querían hablar: "Este es el trabajo que no se ve, fotos, entrevistas, prensa, pero se acepta con una sonrisa y con mucho gusto", reconoce y confiesa que pese a todo eso, le dio tiempo a festejar: "Lo celebramos junto a mi equipo con familia, amigos, un amigo nos montó una mesa grande en su restaurante, un show con música y lo pasamos súper bien".
Un tipo normal, tanto es así que no habló con su madre tras el encuentro por el cambio horario para que pudiera descansar, esta mañana han mantenido una conversación como cualquier otro día: "Mi madre me ha dado la enhorabuena, me ha dicho lo que piensa y siente por mí. Ha sido normal, le he preguntado por mis hermanos y cómo estaba la cosa por ahí".
Siempre ha sido ambicioso pero aún así se sorprende de lo que le ha venido con 19 años: "Ha venido todo muy rápido. Cuando era bastante pequeño no sabía si iba a ser número uno del mundo pero sabía que era extremadamente difícil. Pero he trabajado muy duro por esto y aquí estamos".
"Sigo siendo Carlitos y siempre seré Carlitos. Ahora a mantenerme, no puedo conformarme. Hay que pelear por más Grand Slams y títulos, es el objetivo ahora mismo", finaliza.