La selección española de balonmano hizo este viernes historia al convertirse en la primera en alcanzar cuatro finales consecutivas de un Campeonato de Europa, tras imponerse por 29-25 a la de Dinamarca en las semifinales del Europeo de Hungría y Eslovaquia. Trabajo coral en el que destacaron con luz propia el guardameta Gonzalo Pérez de Vargas, que cerró el choque con catorce paradas, y el extremo Aleix Gómez, que lideró el ataque español con sus once dianas.
Charlamos con Gómez, que nos explica que para ellos ha significado "un cambio": "Todos hemos venido aquí con muchas ganas, ilusión, humildad y a luchar por un sueño". Y recalca que si ganan el próximo partido "harán historia", pero considera que va a ser "muy duro e intenso". "Será una batalla que no tendrá nada que ver con las anteriores. Sacaremos el ADN de luchar y ganemos o perdamos nos lo vamos a dejar todo", insiste.
De cara a posibles adversarios, manifiesta que "tanto Francia como Suecia habrían sido guerras que nos habrían costado muchísimo". Aun así, afirma que "no tiene nada que ver que hayan ganado 10 veces, ya que cada partido es un mundo". "Lo vivimos como si fuera todo a una", añade.
Nos da algunas claves sobre el motivo de la victoria: "La confianza del equipo nos hace estar siempre ahí. Lo vamos a intentar y a seguir luchando. Nos pueden haber ganado 200 veces, pero seguiríamos ahí. Nunca damos nada por perdido".