La nadadora estadounidense Anita Álvarez protagonizó el gran susto de la jornada en los Mundiales de Budapest tras desvanecerse mientras realizaba sus ejercicio en la final de sólo libre de natación artística. Un percance que se quedó sólo en su susto gracias a la rápida intervención de su e entrenadora, la española Andrea Fuentes, que no dudó en lanzarse con ropa de calle a la piscina para rescatar a su pupila.
"Anita Álvarez está ya muy bien, todas las constantes están bien, menos mal porque en los pulmones tenía solo agua. Me ha dicho que quería competir en la final por equipos", señala Andrea en Radioestadio noche. "Al terminar el ejercicio, en lugar de salir de la piscina, se ha ido para abajo y ahí es cuando he empezado a gritar a los socorristas pero no reaccionaban así que me he tirado yo", relata la entrenadora sorprendida por la actitud de los socorristas.
Estuvo casi dos minutos debajo del agua: "Dos minutos tranquilitos en el sofá mucha gente puede aguantar sin respirar, a 180 pulsaciones ni de coña. Ha sido un gran susto, ahora lo estamos hablando y nos reímos. Está viendo las fotos y flipa. Había 70 socorristas y nadie iba así que he ido yo".
"Le gusta llegar al límite. Le he dicho, lo tienes que dar todo, y me ha dicho vale. Pero dar la vida no hace falta", finaliza bromeando Andrea.