Carlos Sainz se ha proclamado este año campeón del Rally Dakar por cuarta vez en su carrera deportiva. El piloto madrileño ha vuelto a ganar cuatro años después de su última victoria en el desierto en uno de los Dakar más duros que se recuerdan.
Por si fuera poco, Sainz se ha convertido en el primer piloto en ganar un Dakar a su edad (61 años), es la primera vez que un mismo piloto consigue ganar con cuatro marcas diferentes (Volkswagen, Peugeot, Mini y Audi), es la primera vez que Audi consigue ganar el Dakar, y es la primera vez que gana un vehículo impulsado por energía eléctrica.
"Ha sido, sin duda, uno de los más especiales", reconoce un Sainz eufórico tras una nueva victoria. "Cada día era un drama, pasaban un montón de cosas... La organización ha preparado una carrera muy dura", explica.
Sainz pone el foco, además, en un día por encima de todos en el que sí reconoce su estrategia. "La etapa de 48 horas fue clave. A diferencia de otras ocasiones las motos no hacían la misma especial que nosotros. El coche que abría no tenía huellas de motos y abrir una especial de 600 kilómetros en dunas era penalizarte, por lo que era mejor salir atrás".
El piloto ha destacado también la figura de su hijo, piloto de Fórmula 1, como consejero. "Igual que yo entiendo un poco de F1, él también entiende del Dakar. A veces alguien desde fuera te da un punto de vista diferente. Tiene una mente bastante clara a la hora de ver las cosas y siempre viene bien tener a alguien con quien comentar la estrategia. He tenido un buen consejero".
Tampoco se ha querido olvidar de su copiloto, Lucas Cruz, del que ha dicho que ha hecho "un Dakar extraordinario, quizás el más completo desde que está corriendo conmigo".
