El Sevilla ha visto como esta martes uno de sus jugadores, Kike Salas, se ha visto envuelto en un escándalo policial. El defensa está bajo investigación tras ser acusado de recibir tarjetas deliberadamente en partidos oficiales. En la pasada campaña, Kike suma hasta 7 tarjetas amarillas en tan solo 9 partidos disputados, algo que ha puesto en alerta a las autoridades que creen que este hecho habría beneficiado económicamente a familiares y amigos.
Se investigan alrededor de 30 apuestas en seis establecimientos de Morón de la Frontera, Sevilla, con unos beneficios que ascenderían a unos 10.000 euros. Para contarnos todas las consecuencias que podría acarrearle al jugador, se ha pasado por los micrófonos de Radioestadio Noche el especialista en derecho deportivo, Diego García: "En este delito de estafa se podría exponer a unas penas de prisión de 6 meses a tres años en función de situaciones como el importe defraudado, aunque parece que no son grandes cantidades".
"Hay un perjuicio contra el club, la competición y los medios empleados que haya utilizado", asegura. "Tendría consecuencias como la privación de licencia por cinco años o la retirada si ha habido reincidencia, que parece que la ha habido. Conocemos un precedente en Reino Unido como el caso del jugador brasileño Lucas Paquetá del West Ham, que se enfrenta a una sanción de 10 años", cuenta.
Ante este hecho el especialista asegura que el Sevilla se tiene que acoger a la presunción de inocencia de su jugador, tal y como ha mostrado en sus redes sociales: "El Sevilla no podría despedir al jugador de manera disciplinaria antes de que se conozca una sentencia condenatoria. A nivel disciplinario, como muchísimo algún tipo de suspensión contractual pero que entiendo que sería impugnable porque la presunción de inocencia está ahí".
