Íñigo Llopis se cuelga su segunda medalla en los Juegos Paralímpicos de París tras conseguir el bronce en el relevo mixto 4x100 estilos. Se suma así a la conquistada hace unos días al proclamarse campeón de los 100 metros espalda, una disciplina que ya estuvo a punto de ganar en los anteriores Juegos donde se colgó la plata.
Esta noche el nadador donostiarra se ha pasado por los micrófonos de Radioestadio Noche para analizar sus victorias: "La medalla de bronce fue difícil de conseguir pero la sacamos en equipo (...) He estado todo este año trabajando el 100m espaldas para conseguir el oro". "Todavía estoy asimilando tener los tres colores de medallas", asegura.
Íñigo es el claro ejemplo de superación, nació con una malformación en el fémur y con el brazo derecho más corto: "Empecé jugando de portero y a raíz de una lesión con 11 años me inicié en la natación como rehabilitación". Tras muchos años compitiendo a nivel nacional en 2016 debutó internacionalmente en el Europeo de Funchal.
El que comenzara como guardameta no fue casualidad ya que su padre, Luis Llopis, es el entrenador de porteros del Real Madrid y de hecho el club blanco ha felicitado públicamente al nadador de 25 años que mañana tiene la oportunidad de colgarse una nueva medalla en 400 metros libres: "Tengo la motivación y la confianza".
Estos Juegos Paralímpicos están marcados por un hito con nombre propio español, el de Teresa Perales, que ha igualado las 28 medallas de Michael Phelps: "Los últimos años han sido difíciles para ella y que se lleve una alegría así lo hemos celebrado todos juntos".