La Final Four comienza este jueves en Belgrado en el mismo pabellón que ganó la Euroliga el Real Madrid en 2018. Le trae buen recuerdo a Pablo Laso: "Te acuerdas de la copa que ganamos aquí. Es una ciudad muy de baloncesto, un poco especial. Grandes equipos, grandes jugadores y fuimos campeones aquí por lo que hay una buena relación y buen feeling"
"Soy supersticioso en cosas raras. Como jugador repetía calcetines si jugaba bien, como entrenador tengo una serie de rutinas", reconoce el técnico que confiesa que en el mal momento del equipo no cambió mucho más que estaba dolido por las derrotas: "Estoy bien, mi manera de ser cambia poco. Hubo un momento de temporada que no ganábamos. El equipo ha trabajado muy bien durante la temporada, ha sido especial con lesiones, covid, la salida de equipos por la guerra. Después de copa nos entró un bajón y perdíamos y estás jodido porque quieres ganar".
"Y de ese periodo sacó conclusiones para fortalecer el equipo: "Mi obsesión siempre es el equipo. Los equipos se hacen más fuertes en las derrotas. Mi obsesión es hacer al equipo más fuerte y competitivo". No dudó de qu podían estar entre los cuatro mejores: "No soy de dudar. Creo en el trabajo. Puede molestarme si algo no me gusta pero dudar no. Tengo un gran cuerpo técnico, muchos amigos. Dudar no dudo, puedo equivocarme pero no dudar".
El asunto de Heurtel y Thompkins ya lo considera zanjado: "Hubo una situación que no fue agradable para el equipo y para mí son dos jugadores más. Han venido a Belgrado, están en el equipo y no tengo más que decir, simplemente que las decisiones las tomo yo"
"No se puede cambiar. Me gustaría que hubiera sido la final. Nos ha tocado en semis y no lo podemos cambiar", señala y asegura que pese al balance 5-1 esta temporada para los azulgrana, la moral sigue intacta: "La moral no me la come nadie. Ganar o perder un partido no me hace tener más o menos moral".