CON RAÚL GRANADO

Rocío Carrasco: "Mi padre sabía que era una estrella, pero su historia está mal contada"

La hija de Pedro Carrasco, leyenda del boxeo español, recuerda la historia de su padre y prepara una serie de ficción de su vida.

ondacero.es

Madrid |

Rocío Carrasco: "Mi padre sabía que era una estrella, pero su historia está mal contada"

Nació en el verano de 1943, en Alosno, un pequeño pueblo de Huelva. Su familia tomó el rumbo que muchos españoles de la época tuvieron que tomar en busca de un futuro mejor y Brasil era entonces una ventana de oportunidades que había que atreverse a utilizar. Se instalaron en Sao Paulo y allí comenzó la leyenda del boxeador Pedro Carrasco.

De Brasil a Italia, donde la carrera ya era imparable. Y de Italia, de vuelta a España para volver a ser campeón de Europa. Pero aún quedaba un trono mayor, el de campeón del mundo, que lograría en 1971 después de hasta tres peleas para conseguirlo. Lo dejó tras 105 victorias (67 de ellas por KO), tres derrotas y dos combates nulos en toda su carrera.

Este viernes, le hemos recordado en Radioestadio Noche junto a su hija, Rocío Carrasco. "Era un portento y nació para eso", recuerda a la vez que cuenta lo orgulloso que estaba su abuelo de su padre. "Para él mi padre era como un héroe", asegura. Explica, además, que a su padre le llamaban 'El peinao' porque "decían que entraba en el ring peinado y salía peinado".

Pedro Carrasco dejó el boxeo en 1972 y Rocío cuenta que fue porque empezó a ver cosas que no le gustaban. "Le llegaban ofertas que no quería aceptar por nada del mundo. Él decía que las peleas tenían que ser limpias y no cabían en su mente ni en su profesión otro tipo de peleas".

Ahora prepara una serie de ficción sobre su vida y la de su madre. "Él sabía que era una estrella, pero creo que su historia está mal contada. Se le debe su historia real y no quedar por los últimos años de su vida", explica su hija.

En la serie, cuenta Rocío, se verán "muchas cosas con las que la gente va a flipar porque no se saben" y habla de anécdotas como aquella lesión en el brazo que se produjo en un ascensor y que puso en peligro su participación en la pelea que le terminó coronando como campeón del mundo. "Te contaba que había parado un ascensor con la mano", explica entre risas.

Habla también de esas conversaciones que tenía con su padre sobre el boxeo, la vida y el deporte, y reconoce que no entendía cómo después de "ponerse a caldo en el ring" se daban un abrazo. "Me decía: "Rocío, es el deporte. Es un deporte noble por eso.Yo no me estoy peleando por nada con otra persona, estoy haciendo un deporte. Somos amigos"".

Rocío Carrasco y Raúl Granado en Radioestadio Noche