La nutrición es una de las claves para llevar una vida saludable y cada vez somos más conscientes de ello, pero aún se siguen disparando muchas dudas sobre algunos de los aspectos de esta. El nutricionista deportivo, Dani Soriano, nos da algunos de los consejos para llevar sacar el máximo rendimiento a lo que comemos.
Una de las principales claves está en la experimentación, en probar cosas distintas hasta dar con lo que mejor funciona. "Cada uno debe cuestionarse las cosas y eso se hace experimentando", explica, a la vez que aboga por una dieta basada principalmente en carnes y pescados a la que hay que sumar legumbres, tubérculos y frutas y verduras de temporada. "Nos han educado a una alimentación irreal", cuenta.
"Hay gente que me dice que comer como yo digo es caro, pero quizás no te estás preguntando por qué lo que comes es tan barato", sostiene Soriano.
Otro de los aspectos que cuestiona nuestro nutricionista es el de los ritmos de las comidas. Defiende que el ser humano está hecho para comer una o dos veces al día y no cinco. "A lo mejor a las 14:00 o a las 21:00 no tienes hambre, pero como te han impuesto el horario tienes que comer. Al final estás gastando más salud en no espaciar esas comidas, no dar descanso a tu aparato digestivo o no moverte entre comidas. Estás gastando el mismo dinero o más en algo más barato", explica.
También defiende el hecho de comprar y consumir en pequeños comercios y mercados. "El carnicero o el pescadero sabe de dónde viene (el producto), de cómo se ha alimentado, qué tiempo tiene... Y eso al final se nota (...) Cuanto más nutritivo sea un alimento más saciedad te va a aportar y vas a poder espaciar más las comidas y hacer menos al cabo del día".
Reinventarse para dedicarse al deporte
La historia de Dani Soriano es la de renacer desde cero para ser la mejor versión de uno mismo. Es un chico de Alcalá de Henares (Madrid), canterano del Atlético de Madrid que sueña con vestir la rojiblanca en el primer equipo. Va creciendo y disfruta del fútbol, pero con 15 años se topa con la peor parte del deporte de élite: una grave lesión de rodilla. Los médicos llegaron incluso a decirle a sus padres que intentarían que su hijo no se quedase cojo.
Dos operaciones, un trasplante de cartílago y diez meses de larga y dura recuperación consigue volver a jugar al fútbol. Cree que todo ha acabado, pero cuatro años después misma lesión, misma rodilla, y otra vez esa pesadilla. Tras otras dos operaciones más llegó la frase lapidaria: se acabó el fútbol y se acabó el deporte.
Gracias al trabajo de los fisios del Atlético de Madrid encontró una bola extra. Consiguió volver a recuperarse y volver a jugar, pero solo trece partidos. Los dolores eran intensos y llegan hasta la espalda, la cadera e, incluso, la otra rodilla.
Ahí terminó, esta vez sí, su carrera como futbolista a sus tan solo 22 años. Acaba el futbolista, pero empieza el nutricionista deportivo que se ha convertido en uno de los mejores asesores para deportistas. Ahora su vida es hacérsela mejor a otros deportistas.