Teresa Perales no pudo volver de Tokio tras los Juegos Paralímpicos. Se quedó ingresada mientras trataban de averiguar que le pasaba: "Muy bien, nada de ansiedad ni depresión. Se filtró eso y no tenía nada que ver con lo que me pasó. Me hicieron pruebas de cosas mucho más graves, pero nada de eso".
Tras su última competición se dio cuenta que algo no iba bien: "Después del relevo del 4x100 que era mi gran ilusión, me dejó echa polvo. Al terminar me noté que no iba bien, y fue la siguiente noche la que estalló todo".
"No se sabe lo que pasó. Cuando al cuerpo lo sometes a mucha tensión y esfuerzo, pasan estas cosas. La familia fue la que peor lo pasó. A miles de kilómetros lo pasaron mucho peor. Mi madre se enteró a través de las redes sociales que estaba ingresada", confiesa. La buena noticia es que ya está recuperada: "Estoy controlada con medicación, me encuentro perfectamente y con ganas de recuperar toda la actividad, esta semana con los premios Princesa de Asturias".
Sobre el Premio Princesa de Asturias asegura que esperaba que llegara algún día: "Pensaba que era la eterna candidata y cuando me dijeron que era la premiada el corazón se me salía por la boca. En cuanto a nervios es comparable a los entrenamientos previos a una gran competición que tienes los nervios a flor de piel"
"Hay cosas que me hubiera gustado no vivir, por supuesto. Pero si no las hubiera vivido me hubiera perdido muchas. No cambiaría nada", finaliza.