José Antonio Marina nos asegura que en su estudio de la inteligencia, ha descubierto diferentes tipos de la misma: la colectiva y la indvidual. "Un conjunto de atletas portentosos como equipo pueden resultar desastrosos", explica Marina. "Me preocupa que la sociedad sea inteligente: una sociedad inteligente se preocupa por los problemas urgentes que le acometen", apunta.
Ante la clásica pregunta de si saldremos mejor de esta crisis o si aprenderemos algo de la pademia, asegura: "No, porque la pandemia es una experiencia y de la experiencia no se aprende. Si así fuera, los octogenarios seríamos sapientísimos". "Solo se aprende de la experiencia si de verdad se quiere", reflexiona. "Olvidamos demasiado pronto. Ojalá decidiéramos aprender algo de todo esto pero lo dudo mucho. La gente no va a cambiar de vida, ya está reservando pasajes de los cruceros para 2021", espeta. Marina cree que es difícil que la sociedad impulse cambios por convicción propia y necesita de normas, y asegura que así ha pasado con el tabaco o el cinturón de seguridad.
"Cuando los ingleses introdujeron el fútbol en la Polinesia, una tribu aseguró que aceptaba introducirlo si cambiaban las reglas: solo se podía jugar hasta empatar, nadie podía ganar", nos cuenta el filósofo, y asegura que eso sería un buen cambio. Asegura el filósofo que no es muy futbolero: "Soy del Atlético de Madrid por solidaridad".
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