El Real Madrid consiguió ganar sin bálsamo al Shakhtar Donetsk (3-4) en la quinta y penúltima jornada de la fase de grupos de la 'Champions League', un buen refugio para los de Rafa Benítez, que dejaron de lado el ridículo en el 'Clásico' para seguir mirando al frente con optimismo, pese a terminar pidiendo la hora.
El Madrid cumplió dos objetivos en su visita a Lviv, ciudad que acoge al Shakhtar en tiempos de guerra. A más de 1.000 kilómetros de su lugar de origen, el equipo ucraniano resultó un perfecto analgésico para el dolor de cabeza de Rafa Benítez, aunque la media hora final emborronase el buen partido del conjunto blanco que perdió el control como producto de la relajación.
Poco tardó el Real Madrid en soliviantar los goles de Luis Suárez en el 'Clásico' gracias a su exposición más solidaria. Sin Benzema, ni James, Benítez fue fiel a sus principios y recuperó a Casemiro para el once inicial, así como un buen Isco, lejos del jugador desquiciado del pasado sábado. Una combinación que apenas necesitó algo más de un cuarto de hora para estampar el 0-1 en el electrónico.
Modric como director de orquesta, originó la jugada del primer gol, un balón en profundidad que Bale sirvió en bandeja a Cristiano tras un error en la salida de Pyatov. El de Madeira siguió la jugada y terminó por marcar de cabeza a puerta vacía. Con el tanto llegó la pájara, animada también por la intensidad de los ucranios, cuyo único objetivo en la jornada final será pelear por un sitio en la Europa League.
Con el 0-1 se llegó al descanso, momento que no enfrió los ánimos merengues pese a los tres grados bajo cero de Lviv. De hecho, sólo pasaron diez minutos del paso por vestuarios para que llegase el 0-2, obra de Modric después de aprovecharse de un excelente pase de Cristiano Ronaldo. El croata fulminó de primeras y sentenció la noche.
Una noche que sirvió mucho más de cobijo con el gol de Carvajal, un precioso disparo con la zurda que acabó besando las redes tras una bonita parábola. El gol, sumado al segundo de Cristiano --que acumula seis en cinco partidos en 'Champions'-- pareció cerrar una cómoda y balsámica victoria de los blancos.
Un final que empañó el juego blanco
De hecho, lo que resultó anecdótico con el penalti de Casemiro a Teixeira, que puso el 1-4, acabó siendo un auténtico suplicio. Benítez abandonó hasta en tres ocasiones el banquillo para acabar directamente de pie y sufrir para aguantar la renta.
Dentinho, dentro del área, y Teixeira nuevamente hicieron temer a un Real Madrid que pasó del cielo al infierno en muy pocos minutos. Lo que parecía que serviría para calmar el picor de la herida, no fue más que una simple venda que impide ver los jirones que provocó el Barcelona hace ahora cuatro días.