El fútbol, al que tanto ha aportado España en los últimos tiempos, le dio la espalda en el momento más inoportuno, antes de viajar a París para jugarse abte Francia el derecho a defender la corona conquistada en Sudáfrica. No mereció perder la selección española en El Molinón pero no es la primera ni la última vez que vemos un partido similar. Rival encerrado en su área y tras hacer lo más difícil jarró de agua fría en la única ocasión de ataque.
Ese guion tantas veces visto y por el que el fútbol es el deporte más imprevisible y apasionante del mundo se repitió de forma milimétrica sobre el verde de El Molinón. Todo apuntaba a una fiesta, tras el gol del centenario Ramos a la salida de un córner, pero Pukki y el destino se empeñaron en cargar de más dramatismo la 'final' en París.
Finlandia vivió todo el partido arropada en su área, a la espera de un milagro que parecía lejano pero que se torno en realidad. Al margen de Eremenko, el guardameta Mäenpää fue el mejor de su equipo. Cesc, Iniesta, Silva y Cazorla probaron sus guantes en una primera parte de autoritaria posesión española, pero huerfana de ocasiones claras.
El Molinón se fue apagando poco a poco tras recibir a Villa como el hijo prodigo que vuelve a casa. El asturiano fue de lo mejore del equipo en la primera parte y penetrando desde la izquierda fue una pesadilla para la organizada defensa finlandesa. Jordi Alba fue otro de los destacados, aunque esta vez no adornó su particular derroche físico con el gol de rigor.
Al descanso los nervios ya eran palpables en el equipo de Vicente del Bosque, que decidió meter a Pedro en la segunda parte. Funcionó la permuta del salmantino y España unió a su incontestable posesión la intensidad y velocidad necesarias. Ante eso Finlandia cedió poco a poco hasta que Ramos acertó con un remate de cabeza.
El gol devolvió la alegría a la grada y a la campeona del mundo, que durante quince minutos se desmelenó ante el público asturiano. Ramos estuvo a punto de marcar el segundo de su cuenta con un certero remate por abajo y Busquets no llegó a un remate franco en otro saque de esquina. En medio del temporal el colegiado se pudo tragar un penalti a Cesc. No se protestó mucho, confiado el equipo en que lo más difícil ya estaba hecho.
Pero Finlandia aprovechó el bajón en la intensidad española para comenzar a salir hacia la meta de Valdés. Parecían incursiones sin peligro, acciones para testificar que sabían tocar el balón. España les dejó irse arriba y ocurrió el accidente.
A diez minutos para el final Finlandia aprovechó la descolocación del equipo español e instaló el empate tras una contra vertiginosa finalizada por Pukki. Un jarró de agua fría, un auténtico bofetón.
España se lanzó al ataque, consicente de que Francia no había errado ante Georgia. Pudo llegar el gol en un par de ocasiones de Negredo, la última acabó con tangana final en el área. España se complicó su futuro en el peor momento. Francia espera en París, pero este equipo se ha ganado la confianza de todos en los últimos años. No hay que perder la fe. París bien vale un Mundial.
España 1 - 1 Finlandia
Un tanto de Pukki otorgó un inmerecido empate al cuadro escandinavo tras un partido gobernado de principio a fin por los de Vicente del Bosque. El centenario Ramos adelantó a España a la salida de un córner pero Finlandia encontró su gol en su único disparo a puerta. La campeona del Mundo debe ganar en París ante Francia para recuperar el liderato del grupo.
ondacero.es
Madrid | 22.03.2013 22:40