Cándido Ibar deja claro, en El Transistor, que "mi hijo es inocente, un criminal así no se hace de un día para otro. Y la mejor testigo es su mujer Tania que estaba con él esa noche".
Ante futuras vistas Cándido comenta que "no podemos sacar todas nuestras cartas por si algo falla tener algo más fuerte para un siguiente juicio".
Respecto a las pruebas explica que "las imágenes de los asesinatos han sido modificadas para que se vea con más claridad". Y añade que "el hombre que se ve en la foto, y que confunden con Pablo, tiene las orejas más abiertas". Pero es claro y explica que "no hay ninguna prueba concluyente contra mi hijo, pero en Estados Unidos se necesita un culpable".
Cuando habla de su hijo Cándido comenta que "Pablo es muy fuerte pero muchas veces he pensado que se suicidaría y pensaba si le volvería a ver".
Termina hablando del gasto que ha supuesto para la familia todos los juicios y apelaciones que ha pasado Pablo Ibar. Comenta que "nos habremos gastado unos dos millones de dólares y nos ha ayudado España. El gobierno vasco y la sociedad con campañas de crowfunding".