Ferrer ha pasado por El Transistor a poco de su retirada. Todo dependen de lo que aguante en el Torneo de Madrid, y cuando acabe, se retira. "Me he preparado para hacerlo bien pero para eso tengo que aparcar las emociones". Nos cuenta que hace una año que tomó la decisión. "Decidí que me retiraba el año pasado, no me encontraba del todo bien físicamente y decidí que este año quería acabar compitiendo en los torneos que quería".
David Ferrer habla de la familia, muy importante para él a lo largo de su carrera. Cree que el que más agradecerá su retirada es su padre. "Mi padre es el que más lo va a agradecer porque sufre mucho conmigo en la pista". Si su hijo se dedicara al mundo de la raqueta, dice que sufriría pero "No me importaría que jugase al tenis, porque es deporte y son valores".
Nos cuenta que "empecé porque jugaba mi hermano y yo hacía todo lo que hacía mi hermano mayor. Él fue campeón de España y yo no". Ahora que todo termina, "estoy muy sorprendido por todo el cariño que estoy recibiendo de los compañeros y de la gente. Es muy gratificante porque además lo he conseguido siendo yo". Ha tenido su altos y sus bajos pero al final "he ido aprendiendo mucho a lo largo de mi carrera porque al principio era muy impulsivo, he roto muchas raquetas en la pista".
Pero lo que más le ha valido ha sido los grandes rivales con los que ha competido. "He coincidido con tres monstruos como Nadal, Federer y Djokovic, son tres tenistas que me han hecho mejor". De su carrera, elige dos momentos: "Me quedo con el día que gané el Master 1000 de París y cuando gané a Del Potro en la Davis de Sevilla; la Copa Davis es diferente".