Reconoce que "en estos momentos hay más ganas de volver que en cualquier otro momento", ya que "nunca pasamos tanta incertidumbre de saber cuándo íbamos a poder volver a jugar al fútbol".
Señala que "en Uruguay parece que está bien pero donde hay más problema es en las fronteras, en Brasil". Explica que "en este tiempo de confinamiento, afortunadamente hemos tenido un jardín que nos ha dado la vida" y en ese momento "nos hemos preocupado de la gente que no tenía una casa o un jardín". Además, en su lado más personal, se ha animado a "hacer deberes con los niños", e incluso ha tenido tiempo para "tocar el balón".
En la vuelta a los entrenamientos dice que "todos los compañeros demostraron una profesionalidad tremenda porque llegaron en muy buena forma a los entrenamientos".
En este nuevo tiempo del fútbol, a puerta cerrada, comenta que "todo va a ser muy distinto, los banquillos de los suplentes, las mascarillas... hay que saber adaptarse a todo eso".
Por otro lado, cuenta su anécdota más importante a nivel personal, cuando su hermana con 14 años se quedó embarazada y él decidió que iba a sacar sí o sí a esos niños adelante. El destino le llevó un año después al Atlético de Madrid y ahora "tengo cerca un niño lleno de amor".