"Esta enfermedad no para. Progresa lentamente. La silla de ruedas me ha dado autonomía y me ha dado la vida estos últimos meses", confiesa Juan Carlos Unzué. Relata como fue el momento en el que se dio cuenta que necesitaba la silla de ruedas: "Hay un momento que me quedaba en casa más de lo que debía. Mi mujer fue la que me dijo que tenía que salir un poco más. No lo podía hacer solo. Así que vi que era el momento para buscar ayuda. La silla de ruedas me iba a ayudar y fui a buscarla. Me da la posibilidad de no tener temor y poder vivir una semana como la que viví en Sevilla".
Ya no es una persona independiente. Confiesa que necesita ayuda hasta para las cosas más cotidianas: "Hay cosas esenciales en las que ya necesito la ayuda de mi mujer. Como vestirme. Esto es una adaptación continua. Cuando te acostumbras a algo, enseguida viene otro cambio y te tienes que volver a adaptar".
Unzué confiesa que "Mi mujer sigue más cerca que nunca. Es maravillo sentir esto. Por otra parte no es lo ideal. Pero en una situación como esta tienes que aprender a dejarte ayudar. En el aspecto físico te sientes débil, claro. Me miro en el espejo y dices ostrás qué deterioro pero no me entristece. Es lo que tengo y hay que aprovecharlo porque mañana estaré peor".
"No he sido capaz de mantener mi fe en Dios. Creo mucho en las personas, en definitiva lo que trato es tener claro que no hay nada más allá de... Eso me ayuda a disfrutar el hoy", reflexiona.
Juan Carlos Unzué nunca se ha preguntado por qué a él. Desde el primer momento aceptó que lo que le está pasando era parte de su vida. "Son una mierda de cartas las que me han tocado pero son con las que voy a jugar", asegura y añade que no le da miedo pensar en el final.
El próximo trofeo Joan Gamper, será un Barcelona - Manchester City, que servirá de homenaje para Juan Carlos Unzué y solidario porque la recaudación servirá para ayudar en la lucha contra el ELA.