Miguel Indurain López es hijo del ciclista español, que lideraba siempre el Tour de Francia en la década de los noventa. La pasada semana salió a la primera línea de actualidad tras completar con su padre la Tintan Desert, que este año se hizo en una edición especial en Almería.
Asegura que "la Titan ha sido una prueba muy dura; he acabado reventado", en la que además pudo compartir buenas sensaciones y momentos personales para el recuerdo con su padre, Miguel Indurain, pero también con su tío Pruden Indurain.
Durante su niñez, comenta que "soñé con ser ciclista. Estuve compitiendo hasta los 21 años hasta que me di cuenta que no era mi camino y preferí centrarme en otras cosas".
Sí que reconoce que "la gente le miraba por ser el hijo de Indurain" pero asegura que "nunca me sentí presionado por ello". De hecho, dice que "llevar el nombre de Miguel Indurain es algo a lo que te acabas acostumbrando y nunca tienes un lado negativo".
Además, señala que "mi padre no me ha contado nunca muchas historias del ciclismo pero la verdad que no es algo que cuente de forma habitual". Aunque entre todas ellas sí que recuerda que la etapa del Tour de Francia, de La Plagne, en 1995.
A diferencia de su padre, Miguel Indurain Jr, ha encontrado una vida en un ciclismo diferente al de su padre. Trabaja en una marca de ciclismo en Mallorca, en una tienda, y además organiza las rutas que realiza "un club social" relacionado con la tienda.
Asegura que "nunca pensé en ser como mi padre porque es muy difícil". Sin embargo, dice que "no he dejado el ciclismo, no lo hago de forma profesional pero sigo disfrutando de este deporte".