"Quiero volver a ser campeón del mundo, si no te pones el listón alto no puedes mejorar, y yo quiero ser siempre mejor, como persona y como boxeador", cuenta Sergio Maravilla en El Transistor. Su regreso al ring viene por una cura, que él, asegura, fue milagrosa, porque su rodilla le impediría volver a combatir. "Entré cojo a las aguas termales de Fiambalá...y fue milagroso, tenía dos bacterias que me estaban comiendo las rodillas y salí curado. Son aguas volcánicas, yo me metí hasta 55º", explica.
"Cuando decidí volver a boxear estaba en 100 kilos, venía de hacer una película" , nos explica el argentino, que con optimismo habla de un regreso a pelear, que consideraba una locura. "El mismo día que llegué a Madrid para volver a boxear, a las 10 de la mañana ya estaba en el gimnasio, me quería comer el mundo", asegura Maravilla, que probablemente combata el próximo domingo.