En su conversación con José Ramón de la Morena, asegura que "el principal motivo por el que he querido contarlo es por dar visibilidad a esta enfermedad y que después se puedan generar eventos para conseguir recursos económicos para combatirla".
Comenta que "todo empezó hace cinco años ya empecé a tener problemas cuando ponía mi cuerpo a alta velocidad en mi 'hobbie', que es la bicicleta, ahí mi cuerpo respondía con muchos calambres...". A partir de ahí dice que "los primeros tres años fueron algo incómodo que no me dejaba dormir bien". Sin embargo, "en enero de 2018, cuando estaba en Vigo de entrenador empecé a necesitar descansar más y en el verano de 2018 llega el primer síntoma que fue una pérdida de la movilidad en un dedo de mi mano izquierda..."
Sin embargo, "la palabra ELA apareció en verano de 2019, cuando estaba en Girona de entrenador y al dejar mi cargo allí, ya empecé a darme cuenta que mi prioridad era mi salud". Reconoce que "nunca me he llegado a atemorizar", ya que "entre otras cosas iba viendo que algo raro le estaba pasando a mi cuerpo".
Señala que "me da tranquilidad ver a mis hijos ya encarrilados" y señala que "no me agarro a un Dios que vaya a poder cuidar esto".
En la actualidad, una de las cosas importantes de la enfermedad es que "de momento no tengo dolor". Asegura que "sí que me empieza a costar andar y lo que sí que me ayuda un poco es la posibilidad de salir con una bicicleta eléctrica".
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