La pandemia de la COVID-19 ha acelerado en gran medida la implantación de sistemas digitales en centros de salud y hospitales. En este sentido, ha servido de revulsivo para avivar el proceso de transformación e integración de herramientas de atención médica a pacientes en remoto. Cabe destacar que desde la aplicación del Estado de Alarma durante 2020 las Teleconsultas se incrementaron en un 153%. Sin embargo, el paso de gigante en la medicina se está dado gracias a la Inteligencia Artificial (IA). Esta tecnología puede definirse como el conjunto de habilidades que presentan las máquinas, y que son análogas a las que poseemos los seres humanos, tales como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear. En ese sentido, el desarrollo de la IA va ligado intrínsecamente al de la gestión y análisis de cantidades ingentes de información, lo que se ha denominado Big Data, o al de la Minería de Datos, es decir, una técnica de análisis de informaciones que busca patrones que se repiten con la finalidad de encontrar marcadores o indicadores que puedan llevar a predecir resultados. Todas estas tecnologías en la actualidad son las que permiten la existencia de una Inteligencia Artificial que, como apunta Francesc Cayuela, CEO de BDCare, Big Data Research; Presidente de Amics UAB, y Presidente de la FECAMM, Federación Catalana de Enfermedades Minoritarias, son un gran aliado para la diagnosis médica, puesto que "una máquina puede mirar millones más de imágenes [que un Doctor]. Pero, además, los algoritmos, la precisión con que analizan y la extracción de la información que se consigue de la Inteligencia Artificial a la hora de mirar la imagen es, actualmente, cuanto menos igual en fiabilidad a la del mejor experto humano".
Uno de los aspectos a destacar en las aplicaciones médicas de estas tecnologías es que permiten una mejora de la calidad asistencial a los pacientes, puesto que, como indica Cayuela, "el hecho de que la Inteligencia Artificial dé soporte al doctor y le haga el análisis del dato, le prepare toda la información y la reunión que va a tener con el paciente, va a permitir que el doctor le pueda dedicar 10 minutos. Pero, además, será un tiempo orientado absolutamente a la calidad en la atención. La Inteligencia Artificial no puede sustituir al doctor, pero sí proporcionarle más tiempo para que tenga más calidad en la atención".
La fiabilidad y la rapidez con la que pueden generarse los diagnósticos son una de las puntas de lanza para conseguir un consenso en la necesidad de implantación de sistemas de IA en centros de salud y hospitales. Como apunta el CEO de BDCare, "el hecho de tener un diagnóstico lo más rápido posible es fundamental porque, si no, un paciente está perdiendo calidad de vida. En el caso de las enfermedades raras, son los casos más complejos y que fuerzan más al sistema. Y es donde más útil va a ser la Inteligencia Artificial". En este sentido, la capacidad predictiva de esta tecnología es crucial para la detección precoz de enfermedades. Por ello, Domènec Far, Director de Tecnología y Transformación Digital de la Clínica Dexeus Mujer, considera que estamos ante el futuro de la medicina, puesto que “cualquier persona, cualquier ciudadano, a partir del momento que nace ya se le puede hacer un análisis genético. Si se le detecta una dolencia, [con estas tecnologías] se le puede monitorizar a lo largo de su vida. Y cualquier tipo de aviso llegará al médico. Esto es medicina preventiva y asegurará tener una buena calidad de vida”.
La IA, además, va a ser una palanca de cambio para los tratamientos médicos, puesto que, como indica Francesc Cayuela "estamos yendo a una medicina personalizada, a través de datos médicos y wearables. Es el futuro". Y es que el análisis mediante Inteligencia Artificial de toda la información previa de que disponen los hospitales, así como la que se recoja a lo largo de la vida de un paciente, sumado al análisis exhaustivo de variables genéticas, podrá dar paso a la creación de terapias y medicamentos específicos para el tratamiento de cada individuo.
No obstante, y pese a lo que puedan pensar algunos profesionales del sector, la IA no tiene la intención de desplazar a nadie. Como indica Far, "la Inteligencia Artificial ya es una realidad y debemos irnos acostumbrando a ir trabajando con personas y algoritmos. La tecnología no sustituirá nada, pero será un facilitador".