Refugiados inmersos en una situación indefinida. Seres humanos afectados por la falta de una respuesta certera de los gobiernos europeos los podemos encontrar en la isla de Samos. En este punto de la geografía griega se encuentra un campo de refugiados, recientemente inaugurado, en el que preside un doble alambrado de seguridad, cámaras, rayos X o puertas magnéticas.
Se pretende que este centro forme parte de un programa más amplio llamado Centros Polivalentes de Acogida e Identificación. Las ONGs muestran elevada preocupación porque la localización de este campo en la isla de Samos ya es bastante aislada como para coartar la libertad de sus residentes. Y ante esto surgen dudas sobre la futura planificación de campamentos de refugiados en Grecia y en el resto de Europa.
Nuevas condiciones de supuestos centros de acogida que hacen crónica y desesperante la situación de muchas de las personas refugiadas que siguen con el reloj de sus vidas parado, estancados por años encerrados en centros de reclusión (vestidos de centros de acogida), ubicados en islas y limitados para poder trabajar o ir al colegio, en el caso de los menores.
Esta situación genera un severo impacto psicológico del que desconocemos sus consecuencias. Buscamos respuestas.
(Entrevista íntegra con Cristina Carreño, psicóloga de MSF desplazada al campo de refugiados de Samos, en Grecia).