EL CORONAVIRUS Y EL CINE / OPINIÓN

'We Are One', el primer gran festival de cine online, es una respuesta de bajo perfil en mitad de un terremoto

Este martes se ha desvelado la programación del certamen, organizado por Tribeca en colaboración con otros festivales como Cannes, Venecia o San Sebastián, y al que se podrá acceder gratuitamente vía YouTube entre el 29 de mayo y el 7 de junio

David Martos

Madrid |

Detalle de la marquesina de un cine cerrado en Jacksonville, Florida
Detalle de la marquesina de un cine cerrado en Jacksonville, Florida | ONDA CERO

La pandemia global generada por el coronavirus ha sacudido los cimientos de muchas de las convenciones -y convicciones- que nos parecían inamovibles hasta el pasado mes de marzo, en aquella "vieja normalidad" que solo podemos añorar. No es este el lugar para citar nuestra reconciliación con la imagen de la sanidad pública, la difícil y artifical relación que tendremos que improvisar con algunos de nuestros semejantes... o la preocupación por el cambio climático, que adquiere una fuerza arrolladora; en este caso hablamos del funcionamiento de la industria del cine, que se ha visto obligada a cerrar las salas de exhibición en buena parte del mundo, y a cancelar o posponer las ediciones de 2020 de buena parte de los grandes festivales internacionales, como Cannes o Karlovy Vary [o Málaga aquí en España].

Durante las primeras semanas de crisis, cuando los países occidentales empezamos a ser conscientes del golpe que había sufrido Asia y que habíamos ignorado, y hasta que los Oscar anunciaron que relajaban sus reglas de este año para admitir películas estrenadas online, el debate de la industria convirtió en inaplazables dos de las grandes discusiones que venían fraguándose durante la última década: si había que relajar las ventanas de exhibición para permitir estrenos en Internet [en igualdad de condiciones que en salas, tanto en el acceso a los premios como en el acceso a las ayudas] y si los sacrosantos festivales debían abrir sus brazos a lo digital [desde admitir a plataformas en sus secciones competitivas hasta realizar pases en streaming para espectadores o prensa que no estuvieran físicamente en su sede].

El primero de los debates quedó inmediatamente decantado tras la decisión de la Academia de Hollywood. Estrenos como 'Artemis Fowl' -una potencial saga fantástica de Disney-, 'Da 5 Bloods' -lo último de Spike Lee- y 'The King of Staten Island' -una comedia que podría hacer buena recaudación en salas-, llegarán en junio a diversas plataformas ante la incertidumbre que rodea al futuro de los cines, con el peligro de contagio que suponen los lugares cerrados y con aglomeración de público. Todo ello con Universal ejerciendo de pionero gracias a 'Trolls World Tour'. El segundo debate, el de los festivales, se ha subdividido en otros dos: mientras algunos certámenes -medianos y pequeños- han optado por celebrarse online [Tribeca en EEUU o el D'A Film Fest en España], otros, como Cannes y Venecia, han descartado completamente esa posibilidad.

Y sin embargo, a finales de abril, arrastrados quizá por el impulso de Tribeca y YouTube [que emitirá la convocatoria], esos "peces gordos" del circuito anunciaron que participarían en 'We Are One: A Global Film Festival'. Como su nombre indica, es un festival online -que se celebrará entre el 29 de mayo y el 7 de junio-, al que se podrá acceder de forma gratuita desde cualquier parte del mundo, y que estará co-programado por los grandes festivales, como Cannes, Venecia o San Sebastián. La idea prometía. Pero este martes, a 72 horas del arranque de la cita, la realidad de la "vieja normalidad" se ha impuesto con toda su crudeza. El festival contará con algunos estrenos, sí, pero muy alejados de lo que espera el gran público o podría anhelar la parroquia cinéfila. El resto serán películas ya estrenadas, grabaciones de coloquios o actuaciones musicales.

En el caso de España, el Festival Internacional de cine de San Sebastián contribuirá al festival "programando" tres largometrajes: 'Los pasos dobles' de Isaki Lacuesta, ganadora de la Concha de Oro en el año 2011, 'Mugaritz BSO', que participó en la sección Culinary Zinema de ese mismo año, y 'Dantza', de Telmo Esnal, proyección especial del año 2018. En el plano internacional, destacan el estreno ‘online’ de ‘Ricky Powell’ con Natasha Lyonne y LL Cool J, el estreno mundial de ‘Motorcycle Drive By’ de Third Eye Blind, y las charlas entre Francis Ford Coppola y Steven Soderbergh, Song Kang-ho y Bong Joon-ho, y Jackie Chan, así como una sesión de DJ a cargo de Questlove. 35 países estarán representados a través de largos, cortos y piezas de realidad virtual.

Desde los medios de comunicación no debemos soslayar ninguna iniciativa -esta tampoco- que intente acercar el cine a un público internacional confinado o temeroso de regresar a las salas. Cada intento es loable. Y sin embargo, esta programación deja de lado los interesantes debates que marcan este tiempo, este momento, el aquí y el ahora. Sabemos que la gestión de los derechos de exhibición de las películas, y más a nivel internacional, es muy compleja, pero no deja de generar decepción el hecho de que los grandes festivales del mundo no hayan podido -o querido- ejercer su poder industrial para conseguir el estreno de alguna de las grandes películas del año. En mitad del terremoto que sufre dicha industria, esta respuesta nos parece un parche de bajo perfil que pone de relieve, más que nunca, el acercamiento pendiente de los festivales a un público cada vez más digitalizado.