Tras muchos años de mandato de Dieter Kosslick, ataviado con su clásica bufanda, la rueda de prensa de presentación de la sección oficial de la Berlinale ha generado mucha expectación. La primera noticia, ya conocida, se producía en la fotografía inicial. La dirección del festival será a partir de 2020, en la esfera pública, una dirección bicéfala: la directora ejecutiva será Mariette Rissenbeek y el director creativo, que se sienta en el trono caliente de Kosslick, será Carlo Chatrian [durante 7 años director del Festival de Locarno]. En cuanto ha tomado la palabra, el italiano ha dejado claro que más cosas han cambiado en la Berlinale. Se ha dirigido a la concurrencia en un inglés con fuerte acento de Turín, su ciudad natal.
Chatrian ha desgranado la sección oficial a concurso a solo tres semanas del arranque del festival, que vivirá a partir del 20 de febrero su edición número 70. Y para ese número tan redondo se esperaba un auténtico despliegue de glamour estadounidense, la eterna aspiración oculta del festival, siempre eclipsado por el fulgor de Cannes. Pero no ha sido así. La nueva dirección -o bien por decisión propia o bien por falta de material hollywoodiense- ha reforzado el carácter de autor de la sección oficial y solo ha salpicado algunos grandes nombres en las películas fuera del gran concurso. Además, la gran bandera de la igualdad berlinesa, esa iniciativa "50/50 by 2020" tendente a conseguir la paridad en la selección de cineastas para este año, ha quedado deslucida con la admisión de solo 6 directoras en una sección oficial de 18 cintas.
"Tenemos 6 de 18 películas hechas por mujeres, no son el 50%... pero creo que es un buen camino", afirmaba un Chatrian titubeante que no mencionaba el descenso con respecto al año pasado, cuando el 40% de cineastas seleccionados fueron mujeres. Entre ellas están la británica Sally Potter con 'The roads not taken', protagonizada por Javier Bardem, o la argentina Natalia Meta con 'El prófugo'. Son las únicas señales hispanas en el concurso berlinés, una competición que en años recientes ha encumbrado a la cinta paraguaya 'Las herederas', a la mexicana 'Museo' o a la chilena 'Una mujer fantástica'. Esto por no hablar de la ausencia de cine español. La única directora que parece poder colarse en la competición es Isabel Coixet -lo hizo el año pasado con 'Elisa y Marcela' y en 2015 con 'Nadie quiere la noche'-, porque antes que ella hay que remontarse a 'Dictado', que compitió en 2012.
En la sección Generation KPlus sí estará 'Las niñas', la ópera prima de Pilar Palomero, protagonizada por Andrea Fandos y Natalia de Molina. En Fórum estarán ‘Lúa vermella’ de Lois Patiño; la coproducción hispano-cubana ‘Entre perro y lobo’ de Irene Gutiérrez, y ‘Anunciaron tormenta’ de Javier Fernández Vázquez, todas ellas estrenos mundiales.
Grandes nombres, pequeños nombres
En cuanto al resto de la competición, Berlin acogerá a cineastas consagrados y los pondrá a convivir con otros que inician su camino en el séptimo arte. Por citar a los más conocidos, en la sección oficial estarán Abel Ferrara con 'Siberia', protagonizada por Willem Dafoe, Ritty Pahn con 'Irradiés', Kelly Reichardt con su 'First cow' o el coreano Hong Sangsoo con 'The woman who ran'. En la rueda de prensa, Carlo Chatrian ha asegurado que no llega al certamen para iniciar un camino radicalmente nuevo: "No hemos venido a cambiar la Berlinale, hemos venido a continuar con su camino". El director artístico, como respuesta a una pregunta de la prensa, ha asegurado que ninguna de las películas en competición ha sido producida por una plataforma de streaming, y que espera que todas las estrellas acudan al festival, incluida Hillary Clinton, protagonista de una serie documental en una sección paralela.