La mañana en que fue asesinado, Javier Ardines, tuvo que parar su coche a escasos metros de su domicilio porque alguien había colocado dos vallas en la calzada impidiendo que el vehículo siguiera por el camino. El edil detuvo su coche sin apagar el motor, y se bajó de él dejando su puerta abierta. Se trataba del escenario de una emboscada para asesinarle.
Un vecino que paseaba con su perro por la zona, encontró el cadáver de Ardines a tan sólo 70 metros de su coche, la distancia que recorrió en su huída. En ese momento, comienza la investigación de la Guardia Civil y las primeras hipótesis apuntan a tres opciones como posible móvil del crimen: que sea de carácter sentimental, laboral o fruto de algún conflicto vecinal.
Katia Blanco, prima de la esposa de Javier Ardines y mujer de Pedro Nieva, uno de los principales acusados; es una de las primeras personas en ser llamadas a declarar. Pronto se descubre que Katia Blanco y Ardines han mantenido relaciones sexuales habituales durante los últimos años.
Tras esta revelación, Pedro Nieva, se convierte en el sospechoso del asesinato. Unos meses antes, se produce el desencadenante de este crimen: una grabación.
Durante una comida, Nieva dejó grabando su móvil sobre la mesa mientras se iba al baño, en la mesa quedaban sólo Javier Ardines y Katia. En esa grabación se registra una conversación entre ambos que no deja dudas sobre el tipo de relación que mantenían.
El día del crimen, Katia le hizo a Pedro una pregunta directa: “¿Qué has hecho?”
Dirección: Javier Cancho
Realización: Fran Montes
Producción: Ana Gago