En el único debate a cuatro de esta campaña, la debutante, Soraya Sáenz de Santamaría, eligió meter (casi siempre) en el mismo saco a sus tres contendientes para reprocharles desconocimiento de los asuntos y empeño ciego en descabalgar al PP del gobierno a cualquier precio. Es probable que el equipo popular (los estrategas) esperaran un debate más de tres contra una que el que realmente se produjo. En los primeros compases, a vueltas con la situación económica del país y de sus ciudadanos, sí fue así, los tres aspirantes refutando el análisis en positivo que hizo la vicepresidenta del Gobierno saliente. Y fue ahí, casi sólo ahí, donde el cuerpo a cuerpo fue entre PP y PSOE, Soraya recordado la pésima situación que existía en 2011 y el mérito que se atribuye el gobierno de haber eludido el rescate, y Sánchez reprochándole que oculte el rescate financiero y el incumplimiento del déficit. Primeros escarceos que dieron poco de sí y no aportaron nada nuevo.