Cada día nos cruzamos con ellos pidiendo en la puerta de algún comercio, del metro o en alguna plaza. Vistiendo ropa vieja, sucia y muchas veces con un olor dudoso. Cada día les vemos y quizás en un momento dado, una moneda cambia de mano y se intercambia alguna mirada, pero ya.
Rafael Rodríguez Villarino di que os socialistas “loitarán para que a canceira teña unas instalación novas e adecuadas” e solicita que se poñan de acordo entre a concellería de medio ambiente e servizos sociais para que se tomen as “medidas de seguridade oportunas”
Ayuntamiento, DYA, Cáritas, Conciénciate y los colectivos sociales que están atendiendo a cerca de un centenar de personas sin techo seguirán trabajando para favorecer su integración sociolaboral
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En Fuenterroble de Salvatierra, en Salamanca, hay un albergue que acoge desde hace dos meses a un grupo de peregrinos a los que les pilló el estado de alarma. Hace dos días, el padre Blas hizo un llamamiento de petición de ayuda, y en pocas horas recaudó más de 2.000 euros gracias a peregrinos que habían pasado por ahí y recordaban lo bien que le trataron. Nos cuenta que esta solidaridad se debe a que “el peregrino es agradecido, y se crean lazos de amistad”. Nos cuenta que con la ayuda de los ahí presentes, “aprovechamos para poner a punto todas las instalaciones. sto era un complejo ruinoso, y con la ayuda de los peregrinos lo vamos rehabilitando”. También hablamos con Mario, uno de los peregrinos que vive en el Alberto.
En Fuenterroble de Salvatierra, en Salamanca, hay un albergue que acoge desde hace dos meses a un grupo de peregrinos a los que les pilló el estado de alarma. Hace dos días, el padre Blas hizo un llamamiento de petición de ayuda, y en pocas horas recaudó más de 2.000 euros gracias a peregrinos que habían pasado por ahí y recordaban lo bien que le trataron. Nos cuenta que esta solidaridad se debe a que “el peregrino es agradecido, y se crean lazos de amistad”. Nos cuenta que con la ayuda de los ahí presentes, “aprovechamos para poner a punto todas las instalaciones. sto era un complejo ruinoso, y con la ayuda de los peregrinos lo vamos rehabilitando”. También hablamos con Mario, uno de los peregrinos que vive en el Alberto.
Este ilicitano, de 67 años, trabaja diariamente en el Albergue Provisional de El Toscar y en el servicio de compra a domicilio acudiendo a más de una decena de hogares
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