El jefe de la Policía Local de Marbella, Javier Martín, será este año el encargado de leer el manifiesto contra la violencia de género el 25 de noviembre. El Ayuntamiento ha programado una decena de actividades con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres; talleres, una mesa local de seguimiento y una jornada de sensibilización, son algunos de ellas.
Sigue subiendo el valor de la vivienda. Está donde nunca antes. Otro nuevo indicador económico positivo. Pues sí y no, según explican los expertos. Porque de seguir así y no haber un aumento correlativo de los sueldos, Marbella podría convertirse en una ciudad que no tendría sitio para muchos. Y una cosa es buscar la alta calidad y otra muy distinta que sea inaccesible para los que han contribuido también a su desarrollo, tanto desde dentro, como desde fuera.
Pero es casi más prohibitivo alquilar que comprar. Para que se hagan una idea, un piso de 100 metros, el típico de tres habitaciones normalitas y dos baños, está a 1.670 euros el mes. O sea, que si es de 50, en el que suele haber una habitación y un baño, cuesta 835.
Al igual que en el caso de la compra, lo bueno está en que el turista o el residente es de alto poder adquisitivo, de alta calidad, que se dice ahora. Lo malo; lo obvio: que no hay lugar para muchos otros; turistas y residentes.
La plataforma única empieza a extenderse en Marbella. Literal y figuradamente; en las calles del municipio y en el vocabulario. Es una de las características de muchas de las obras que se han acometido y se acometen ahora mismo; indispensable en esa concepción moderna, sostenible y respetuosa con el vecino de la peatonalización.
Habrá pronto, avance que se cuela ahora mismo de manera casi obligada, novedades importantes respecto a la que quizá sea la más famosa de todas si nos referimos a San Pedro.
Volviendo al tema, es la segunda jornada consecutiva que la localidad está en el foco de la actualidad. De la del Bulevar de ayer vamos a la de un populoso barrio en el que ya comenzó su transformación hace un par de años y ahora continua, con, entre otras, esa idea, la de ir quitando de en medio coches, sobre todo si le quitan espacio al vecino. Y con un subsuelo también en condiciones.
Nada más recuperada la marcha normal de la administración local tras ese extraño parón entre la campaña, las elecciones y la constitución de la corporación municipal, vuelven los anuncios de, en el caso que nos ocupa, obras; importantes obras; esperadas obras; quizá tardías obras. Pero han llegado.
Porque la reforma integral que ahora se afronta la han más que justificado todas las averías y los consiguientes inconvenientes que se han producido en los últimos años en la piscina municipal, la única así, municipal, a efectos prácticos que hay en Marbella. En el horizonte están las de Las Chapas y Nueva Andalucía, pero vamos a dejar que evolucionen por sí mismas sin dar plazos ni tantos por ciento de ejecución ni algún otro de esos datos habituales, que luego pasa lo que pasa. No están abiertas y ya ha llovido mucho sobre mojado.
Y esa carencia acusada y manifiesta provoca que la propia obra sea más complicada o que dé lugar a un escenario complicado, por ser más exactos. Hay que reubicar a mucha gente; usuarios como usted que vayan a nadar a diario o una o dos veces a la semana, eso da lo mismo; o clubes de natación o waterpolo a los que es más difícil todavía encontrar un sitio en el que entrenar. En ello está el Ayuntamiento ahora mismo.
Allá que van a la carga de nuevo los partidos. Es lo que el calendario electoral ha provocado; que nada más terminadas las Municipales estemos ya, podemos decir y a tenor de lo que nos ocupa, en plena precampaña para las Generales.
Ha sido el PP el que ha dado el primer paso. Con la confianza de que gobernarán el país por delante, y la presencia en el Congreso del de momento concejal Cristóbal Garre, avisan de lo que centrará el trabajo del edil una vez convertido en congresista: por orden, los espigones -aquí los tenemos de nuevo-, algo muy relacionado como que de ninguna manera se demolerá el paseo marítimo, y completa la terna otro clásico: que el dinero de Malaya vuelva a revertir en la ciudad.
Vamos, que estaremos entretenidos otra vez en los 29 días que quedan de anuncios, críticas, promesas, etc. Entretenidos o hartos y saturados. O todo a la vez.
Se está haciendo largo este ínterin entre que empezó la campaña electoral de las Municipales del 28 de mayo y la vuelta a la normalidad -y puede ser ésta la primera vez en mucho tiempo que el concepto no se refiera a la pandemia- de la administración pública, del Ayuntamiento; del de Marbella en concreto. Aunque será en todos claro.
Mercería una vuelta eso de que el Consistorio no pueda hacer casi nada o publicitar o comunicar casi nada porque se vaya a estar usando la gestión pública en beneficio del partido de turno. Y otro giro o dos más incluso habría que darle a que el mismo Consistorio no pueda gestionar con normalidad -otra vez sin tener que ver con el COVID- al estar en funciones, máxime cuando el Gobierno se presupone, si no hay “tamayazo” o similar, será el mismo, o lo representará el mismo partido.
Porque han sido 38 días así, con cosas tan rimbombantes como tener que destacar ayer mismo de una Junta de Gobierno Local la constitución de la propia nueva Junta de Gobierno Local. La autoaprobación y la autoconstitución. Eso sí, luego sí pudo reunirse una Junta de Gobierno Local extraordinaria que estaba compuesta por los mismos integrantes para empezar a dar el visto bueno a trámites y proyectos.
Es para que los legisladores sobre la materia lo mediten.
El reparto de las delegaciones es el primer momento importante de cada nuevo mandato municipal en Marbella. Lo esperamos con interés los medios y también los propios concejales que integran el Gobierno local.
Esta vez quizá había menos casillas que tachar. La propia alcaldesa, en calidad de candidata, ya unió con flechas en plena campaña algunos nombres de concejales con las áreas que iban a comandar. Ella misma dejó entre ver otros y un tercer grupo se empezó a comentar en varios corrillos, con un alto grado de acierto, todo hay que decirlo.
Conocido el organigrama, destacan aun más de lo que ya lo habían hecho en el pasado mandato dos nombres: Diego López y José Eduardo Díaz. Se consolidan como hombres fuertes o de confianza Félix Romero y Javier García, y queda señalado Manuel Cardeña, con la justificación de que estará muy centrado en todo lo que Acosol tiene por delante. Eso es verdad. Y que se queda sin área que comandar en el Ayuntamiento, también lo es.
Queda la incógnita de saber quién o quiénes se quedarán con las delegaciones asignadas a Cristóbal Garre una vez que, si no hay sorpresa mayúscula, sea diputado nacional tras las Elecciones Generales del 23 de julio.
Corto, tranquilo y sin algarabías a excepción de una vez terminado, cuando concejales, familiares y simpatizantes celebraron la investidura de Ángeles Muñoz al grito de “¡alcaldesa, alcaldesa!”
Transcurrió el Pleno de constitución de la nueva corporación municipal de Marbella por el camino que deberían seguir todas las sesiones de los cuatro años que dura el mandato. De hecho, fue algo comentado en casi todas las intervenciones; eso de la colaboración entre todos, sin mirar el color político de unos y otros, ni tampoco el de las administraciones superiores, buscando el beneficio de la ciudad. Es tan obvio, o debería serlo, que es hasta embarazoso tener que decirlo.
La hora y media que duró la sesión apenas dio para anécdotas; tan sólo el error del secretario municipal al recordar los votos que habían obtenido los cuatro partidos con representación: le quitó la mitad a Vox y unos cuantos a OSP.
Resultó extraño por otra parte ver al líder del PSOE sentado en la segunda fila, una vez que ha delegado en Isabel Pérez para que sea la portavoz municipal del grupo.
Y luego están las caras nuevas en el Salón de Plenos: las de los dos ediles de VOX, dos de los tres de OSP, uno del PSOE y tres del PP.
La casualidad ha hecho que la administración supramunicipal haya presentado el dispositivo para que las aguas estén limpias, con esos barquitos que llevamos viendo pegados incluso a la misma orilla desde hace años, justo al día siguiente en que estos micrófonos se interesaran por la ausencia de las medusas.
Pero si la bióloga de la UMA consultada decía que llegarían, aunque más tarde de lo normal, los técnicos y responsables de la institución están confiados en que ni antes ni después, al menos en masa, con una incidencia que obligue a poner en marcha algún otro plan.
De todas formas, aunque llegasen, las propias embarcaciones que a priori se encargan de ir quitando del agua los plásticos y las maderas -primero y segundo residuo más abundantes en la superficie, seguimos sin aprender en este sentido-, podrían recoger igualmente los molestos animalitos marinos.