Amsterdam

Wafa, nombre ficticio, huyó de Siria en 2014; su hija la prometió que se uniría a ella más tarde y se quedó en su país. Hoy Wafa descansa en su modesto apartamento cerca de Amsterdam. Enciende su teléfono y abre WhatsApp mientras una mezcla de esperanza y miedo recorre su cuerpo. Cubre su rostro con su hijab y llora esperando ver los dos ticks de color azul que confirman que su hija de 23 años, Maha, también nombre ficticio, está viva. No ha podido huir y sigue atrapada en la capital de Daesh junto a su hijo Odai. Su marido fue decapitado por los terroristas. Sus días pasan entre la desesperación por salvarse y la búsqueda de conexión a internet para enviar mensajes de voz a su madre.

Al menos ocho heridos, dos de ellos graves,se han registrado esta tarde después de que un coche arrollara a varios peatones a las puertas de la Estación Central de trenes de Ámsterdam, según informó la Policía holandesa.