anciano

La policía de Roma ha conmovido a las redes sociales al explicar desde su cuenta de Facebook la historia de Jole y Michele, dos ancianos romanos de 89 y 94 años respectivamente que, víctimas de la soledad, alertaron a sus vecinos con sus llantos y gritos. Los vecinos, pensando que la pareja era víctima de un robo, llamó a la Policía que, al llegar, se encontró con el matrimonio desconsolado y superado por la emoción al ver tantas historias tristes en las noticias.

El abuso a la vejez es una realidad difícil de detectar. Miedo, vergüenza, culpa y pánico a la soledad son los pilares que sostienen el silencio de los ancianos maltratados. Una presa fácil por su debilidad física, emocional y económica. Claudican por el temor a represalias y a la ruptura de los afectos.