ayuda humanitaria

Un autónomo de Pozuelo de Calatrava, Francisco Javier Ruiz, ha puesto su camión a disposición del pueblo ucraniano para enviar ayuda humanitaria. El camión, de 6.000 kilos de capacidad, ya está lleno con alimentos, juguetes, medicinas o cascos de bicicletas. Ahora está buscando un segundo camión rígido para cargar el resto de la mercancía que se ha quedado fuera.

Un contingente de ocho voluntarios de la escuela de Servicios Médicos de Asistencia de Urgencias del municipio sevillano de Gelves parten este miércoles hacia la frontera sur de Ucrania para desplegar un equipo de atención humanitaria a refugiados que huyen de la invasión rusa de su país.

El equipo de voluntarios está compuesto, entre otros, por tres enfermeros, un médico, un trabajador social y un psicólogo y su destino es la ciudad rumana de Tulcea, cercana a la frontera de Moldavia y de Ucrania, a donde viajan en avión vía Múnich.

El jefe de la expedición, Borja González de Escalada, explica que lo peor está todavía por venir y que su misión es atender a mujeres, niños, ancianos y todos aquellos que necesiten ayuda.

Natalia Stepanova es ucraniana y vive en Zaragoza desde hace cuatro años con su pareja, José Fernández, propietario de la zapatería Tak, Tak Shoes. Natalia vive con angustia la guerra iniciada por Rusia en su país. Tras una semana de conflicto, y con el país paralizado, muchos productos básicos ya escasean. Por eso, esta pareja ha iniciado una campaña de recogida de alimentos y material sanitario.