Cristina Cifuentes

De pequeños soñamos con tener al menos un superpoder. Yo quería ser invisible. No para robar exámenes ni para espiar en el vestuario de las chicas. No, yo quería ser invisible para colarme en una fábrica de galletas.

Recién amanecido Aguilar de Campoo, con el cielo limpio, la montaña palentina al fondo (aún nevada), les saludo hoy desde el paraíso de las galletas. La patria de las galletas es Aguilar de Campoo. Y su capital es Gullón. La mayor factoría de galletas de nuestro país. Entenderán que no cabe mejor sitio que éste para desayunar. Y que a eso nos hemos venido a Aguilar, a desayunar con Gullón. La vida con galletas es mucho mejor, créanselo. Las noticias se ven con otros ojos si estás comiendo galletas.